La barbarie futbolística
El proceso de la civilización no es tan consistente ni fiable como se puede esperar.En un incidente en un campo de fútbol, en Bruselas, murieron 38 personas. ¿Un terrible accidente? No exactamente. El hecho ha sidó bastante terrible, pero no fue precisamente un accidente. El Club Liverpool, como otros equipos británicos, ha adquirido una cohorte turbulenta, y a veces violenta, de seguidores que le acompañan en sus giras al exterior. La mayoría de las víctimas son italianas. Pese a los muertos, las autoridades belgas autorizaron el partido basándose en que su suspensión podría hacer a la multitud más peligrosa. Cada país tiene su propio marco de violencia. En Estados Unidos son frecuentes los asesinatos con ametralladoras y los crímenes callejeros. En Italia, las calles son seguras, pero existe una larga tradición de terrorismo político. En el Reino Unido, la incidencia de luchas sangrientas entre grupos en los partidos de fútbol se ha acrecentado. Las explicaciones no son Punca exactas, pero tienen que ver con las condiciones de los jóvenes en las sombrías ciudades industriales. Los salarios son bajos, el desempleo es elevado y el aburrimiento es epidémico.
No es sólo en el Reino Unido donde las competiciones futbolísticas se convierten en el foco de las pasiones nacionalistas ( ... ). La. vida británica no ha sido nunca tan pacífica como piensan algunos británicos que viven fuera de su país. Pero si la reputación británica de tranquilidad no corresponde a la realidad, la reputación británica de honestidad es genuina. La primera ministra, Thatcher, declaró de inmediato que los que se lanzaron al ataque han llevado vergüenza y desgracia para su país. Su Gobierno autorizó inmediatamente compensaciones a las víctimas y a sus familias, en un acto poco frecuente de excusa nacional (...).
Washington, 3 de junio
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