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Reportaje:

Samaranch solicita a la ONU protección para los Juegos

ENVIADO ESPECIAL El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, renovó ayer, en la inauguración de la 90ª sesión de este organismo, celebrada en Berlín Este (República Democrática Alemana, RDA), su solicitud a las Naciones Unidas para que dicha organización proteja los Juegos Olímpicos. Cuatro años después del primer intento, Samaranch pidió a la ONU una resolución en tal sentido, por considerar a los Juegos como "herencia de la humanidad" y por la importancia de su celebración regular "para el equilibrio y el desarrollo de las relaciones internacionales". El presidente del Consejo de Estado de la RDA, Erich Honecker, manifestó, al declarar abierta la sesión, que su país "estará siempre al lado de los que se guíen por la Carta Olímpica, que defiende los principios humanitarios".

La inauguración de la reunión del COI se celebró en el teatro de la Ópera de Berlín, muestra del clasicismo alemán de principios del siglo XIX, destruido durante la Segunda Guerra Mundial y reinaugurado el pasado año. A los pies de la escalinata, unos centenares de jóvenes deportistas aplaudieron disciplinadamente la llegada de los invitados. La Orquesta Sinfónica de Berlín completó la solemnidad del acto interpretando obras de Bach y Beethoven, tras los discursos del presidente del Comité Olímpico de la RDA, Manfred Ewald, de Juan Antonio Samaranch y de Erich Honecker."Los numerosos nubarrones que han planeado sobre el movimiento olímpico durante los últimos años parecen alejarse gracias a nuestra unión y a nuestra firmeza, y el cielo azul reaparece". Con estas palabras inició Samaranch su discurso, en el que expresó la necesidad de modernizar las reglas, "y no los principios", del olimpismo; resaltó el papel del mismo como factor de estabilidad internacional y subrayó su optimismo cara al futuro. Honecker subrayó en su parlamento el papel esencial del deporte en la defensa de la paz.

Revisión de las reglas

En opinión del presidente del COI, la revisión de las reglas del olimpismo para adaptarlas a la realidad del mundo contemporáneo es inevitable si el olimpismo no quiere correr el "riesgo de convertirse en una reliquia". Tras referirse al idealismo y a la unidad como símbolos de los Juegos Olímpicos, admitió que en el momento actual "un campeón de alto nivel tiene necesidad de ser ayudado". "Las ayudas y las oportunidades ofrecidas a los atletas de algunos países son extremadamente diferentes de las ofrecidas en otros", dijo Samaranch quien, en un país y ante un auditorio muy sensible a la apertura de los Juegos a los profesionales, apuntó sólo algunas ideas. Y agregó: "Diferentes, pero no mejores en el sentido ético del término". "En este campo, como en otros, la evolución natural de nuestro movimiento nos lleva a abolir las fronteras ficticias", dijo. "El futuro del movimiento olímpico depende de la capacidad de hacer evolucionar el concepto del, olimpismo", agregó más adelante Samaranch, quien advirtió del peligro de creer que el interés de la juventud por los ideales olímpicos puede obviar "la evolución natural que cada creación humana debe exigir".El presidente del COI se refirió al movimiento olímpico como una excepción de colaboración en un mundo dividido. "Nuestra fuerza y nuestra originalidad es la de ser los únicos dispuestos a encontrar este punto de conjunción, esta pasarela entre dos concepciones antagónicas". Después de referirse a las soluciones de compromiso "por un tiempo limitado" que puede ofrecer el COI, Samaranch advirtió del riesgo de que "las divergencias, desfallecimientos que nos son extraños, surjan entre nosotros para separarnos y debilitarnos".

El gran número de ciudades candidatas a organizar los Juegos Olímpicos de 1992, cuyas delegaciones estaban presentes en el teatro de la Ópera, es "el signo de la fuerza, vitalidad, esperanza y confianza" en el futuro del olimpismo, expresó Samaranch, y "desmienten los rumores alarmantes que algunos han expandido durante años". Este interés pone, a su juicio, punto final a las propuestas de celebrar los Juegos en un lugar fijo.

A las palabras de Samaranch respondió, Erich Honecker haciendo un canto al socialismo como fórmula impulsora del desarrollo de la cultura fisica, y a la voluntad de la República Democrática Alemana de cooperar con los países que defienden los principios olímpicos, que el presidente germano oriental identificó con la paz mundial. Honecker aprovechó su discurso para hacer una defensa de esa paz.

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