Soares califica como éxito de su Gobierno la nueva era de relaciones hispano-portuguesas
La nueva era abierta en las relaciones hispano-portuguesas es un éxito de la política del actual Gobierno, cuyos resultados positivos van a empezar a hacerse sentir también a nivel interno, en opinión del primer ministro, Mario Soares: se han reequilibrado las cuentas con el exterior, los precios y la inflación tienden a bajar y puede encararse un prudente relanzamiento de la economía lusa.
"Todo va a cambiar en las relaciones entre España y Portugal" después del encuentro franco y muy positivo que el presidente del Gobierno español y el primer ministro portugués mantuvieron el pasado fin de semana en Alcántara, señalaba ayer la prensa portuguesa, citando las declaraciones hechas por Mario Soares a su regreso a Portugal.Los periodistas portugueses se quejaron de haber sido alejados y marginados de la reunión: Mario Soares les aseguró que "no fue culpa nuestra" y a título de compensación ofreció una conferencia de prensa en Monfortinho, la localidad fronteriza portuguesa.
Después de clasificar el encuentro de Alcántara de "acto de trascendental imortancia para la vida de Portugal y España", Soares admitió que hubo, en el pasado reciente, dificultades entre los dos países, a nivel bilateral y también en las negociaciones con la CEE, "a pesar de, las excelentes relaciones entre los dos jefes de Gobierno", pero este período acabó completamente y todo va a cambiar.
Soares no fue muy explícito acerca de las ventajas que Portugal espera sacar del nuevo relacionamiento, aparte del desarrollo de las regiones fronterizas y de la oportunidad que constituirá para los empresarios portugueses el acceso al mercado español, mayor y más rico que el portugués.
La visita del ministro español de Agricultura a Lisboa, en la segunda semana de julio, y la firma de acuerdos de cooperación en el sector agrícola es el resultado más concreto del encuentro: el ministro portugués de Agricultura, el socialdemócrata Alvaro Barreto, está presionando el Gobierno para obtener la revocación de las leyes de reforma agraria de 1976 y en plena polémica sobre este tema, los elogios de Mario Soares a la experiencia española en la materia no dejaron de causar reaciones contradictorias.
Para Soares, la verdadera reforma agraria es el modelo vigente en los campos de Cáceres, y que permite a pequeños agricultores constituirse como propietarios de las tierras al cabo de algunas décadas, desarrollando nuevos cultivos "en la perspectiva de la integración europea y de la conquista de los mercados de la CEE".
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