El hombre biónico
La utilización de mecanismos externos al cuerpo humano para reemplazar funciones o miembros defectuosos o inexistentes ha llevado repetidamente a hablar del hombre biónico del futuro. Cada vez es mayor el número de órganos y funciones reemplazables, desde los brazos y piernas artificiales a los futuristas sistemas de visión para ciegos o los marcapasos actuales. Una característica común de todos estos sistemas es la incorporación de la electrónica, lo que ha dado lugar a una importante rama de la bioingeniería, una disciplina que se caracteriza a su vez por su novedad y por la incorporación de profesionales de distintas disciplinas.La misma base de los marcapasos, como regulador de una función corporal, se está pensando en aplicar en el futuro a otras funciones, como es la intestinal, con el objetivo de regular la absorción de alimentos por el individuo, tanto para controlar el peso como para corregir trastornos digestivos. En un campo próximo se encuentran las bombas externas o implantables, que proporcionan de forma regulada dosis de distintas sustancias, como la insulina para los diabéticos.
La introducción de mecanismos electrónicos en el cuerpo humano plantea las posibles interferencias con otras formas de energía electromagnética presentes en el ambiente. En el caso de los marcapasos, explica Juan Carlos Castrosín, de la empresa Medtronic, se puede decir que la posibilidad de interferencias es prácticamente nula en los modelos actuales, tanto en el caso de arcos detectores de metales como otras fuentes de energía. No existe riesgo en la utilización de hornos de microondas, por ejemplo, y solamente se aconsejan ciertas precauciones, como evitar la oscilación del cordón de la maquinilla de afeitar delante del pecho. Otras fuentes de interferencia más peligrosas no son de uso cotidiano, como los aceleradores de partículas utilizados en medicina nuclear o el torno eléctrico de los dentistas.
