El largo y difícil camino del triunfo
La nieve de Belgrado, el ambiente de Manchester, la calidad del Milán, la rivalidad con el Atlético, el Barcelona de Helenio Herrera y la bisoñez del propio equipo han sido los principales obstáculos que ha tenido que ir superando el Real Madrid en cada competición para ir añadiendo títulos continentales a su palmarés. Esta temporada, el hecho de haber remontado con un equipo recién salido de la cantera un 3-0 del Anderlecht y un 2-0 del Inter es fiel reflejo de las dificultades que atravesó el equipo para llevar a sus vitrinas el séptimo título continental, la Copa de la UEFA.
El Partizán en el primer título, el Manchester en el segundo, el Milán en el tercero, el Atlético de Madrid en el cuarto, el Barcelona en el quinto y el Anderlecht en el sexto fueron los equipos que pusieron muy difíciles las cosas al Madrid para conseguir el triunfo. Pero en ninguna temporada como en ésta los jugadores han tenido que vencer tantos escollos. Su envergadura fue tal que la plantilla no tuvo otra solución que encomendarse a la propia historia para tratar de superar los resultados adversos y creerse lo que sus ídolos habían repetido una y otra vez: "Vestir la camiseta del Madrid supone no dar ningún partido por perdido y cuanto más difícil, mejor. Si no hubiéramos tenido esa capacidad de superación, hoy no podríamos presumir de esos títulos".Alonso, el portero madridista, recuerda la eliminatoria contra el Partizán en la primera Copa de Europa: "Ganamos en Madrid 30. En Belgrado, sobre un campo de nieve helada, nos hicieron tres goles antes del descanso. Llegaban por todas partes porque nosotros no nos teníamos en pie. No recuerdo haberlo pasado peor en un partido. Ya no era el que quedásemos eliminados, lo que nos preocupaba, era el encajar una goleada récord. No sé cómo, pero en la segunda parte no nos marcaron ningún gol. Bueno, sí, porque los postes jugaron a favor nuestro. Después de haber superado esa eliminatoria nos autoconvencimos de que nada podría ya derrotarnos. Encontrar algo más difícil era ya imposible. Y allí nació la leyenda".
El 'infierno' de Old Tratford
En el segundo título, el Madrid tuvo que superar otra dificultad, desconocida para él. Marquitos lo califica como el "infierno" de Old Tratford: "Habíamos oído hablar de lo que pesa el ambiente del campo del Manchester. Pero cualquier presunción era nada con lo que vimos. Cuando salimos al campo nos dimos cuenta de que el 3-1 que llevábamos de ventaja no nos iba a valer de nada. Ahora ese ambiente no extrañaría, pero para entonces resultaba inédito y nos acomplejamos. Unas escapaditas de Kopa y Rial se convirtieron en otros tantos goles y cuando vimos que también en condiciones adversas éramos capaces de jugar comenzamos a creernos que la Copa de Europa era algo muy nuestro y veíamos al Manchester como si fuera un ladrón que pretendiera robárnosla".
Gento relata la dificultad que entrañó ganar la tercera Copa de Europa: "Llegamos a la final bien, pero en ella nos correspondió el Milán y nos planteó una dificultad a la que no estábamos acostumbrados, el buen juego. Lo hacían tan bien corno nosotros porque eran unos fenómenos y, además, tuvieron su día. Fue como un partido de tenis, con el balón de una portería a otra... Neutralizamos por dos veces la ventaja de los italianos y llegamos a la prórroga, en la que tuve la suerte de marcar".
El cuarto éxito continental tuvo como máxima dificultad el Atlético de Madrid. Puskas, acostumbrado ya con su nuevo equipo a conseguir goleadas de escándalo, comprendió lo complicado que resulta jugar un partido de rivalidad: "Tuvimos que jugar un partido de desempate, en Zaragoza. Nos enfrentamos contra un equipo mucho más joven, pero nosotros, los veteranos, no nos aburríamos de ganar. No es como ahora, que los fenómenos pierden pronto las ilusiones".
El Barcelona de Helenio Herrera fue uno de los rivales del Madrid en la quinta Copa de Europa. Di Stéfano aún recuerda cuando, después del 3-1 en el partido de ¡da del Bernabéu; Herrera prometía en Barcelona llevar al equipo a la final "porque consideraba escasa nuestra renta. Allí jugamos con osadía, hasta con cuatro delanteros en el área chica, y volvimos a ganar".
Para conseguir el sexto título, el Madrid tuvo que superar la bisoñez de sus nuevos jugadores. Esta falta de experiencia a punto estuvo de costar la eliminación ante el Anderlecht. Velázquez vio en Bruselas el fantasma del ridículo: "No sabíamos qué hacer con el balón en los pies. Nadie se desmarcaba y siempre tenías a dos rivales que te entraban. Fue milagroso perder sólo 1-0. Betancort tuvo una noche de inspiración y nos salvó. Luego fue también un escollo importante el Inter, pero Helenio Herrera comentó que el Madrid era el mejor rival que podía haber tocado porque éramos unos petardos y eso nos espoleó hasta el extremo de que sudamos sangre para no darle la razón".
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