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RELIGIÓN

La orden franciscana responde a las recomendaciones del Papa que "ya no puede volver atrás"

Juan Arias

Los representantes de todas las provincias franciscanas llegados a Asís de los cinco continentes para la celebración del capítulo general de la orden han respondido duramente al tirón de orejas que al principio del capítulo les había dado el papa Juan Pablo II, que en un mensaje personal pidió a los hermanos menores franciscanos "más silencio y menos propaganda", tocando el punto delicado de su identidad como hijos de san Francisco. Los franciscanos han dado, en un boletín, una respuesta tajante al Papa: "Ya no podemos volver atrás. Como franciscanos, no podemos volver a empezar de nuevo".

Decía el mensaje pontificio: "Os exhorto a llevar a cabo una auténtica revisión de las teorías y de las prácticas que se han revelado como un impedimento para responder a la expectación del mundo y para poner en práctica todo lo que puede contribuir al pleno cumplimiento de los deberes inherentes a vuestra forma particular de vida", y añadía el Papa que debían escoger "una forma estable de vida sin caer en la tentación de ser un movimiento abierto a las opciones nuevas continuamente sustituidas por otras, en la búsqueda incesante de una nueva identidad como si aún no la hubiéseis encontrado".Las palabras eran duras, y los franciscanos, a quienes además ha dolido el que el Papa les haya enviado como delegado suyo para asistir a las discusiones a Vincenzo Fagiolo, un obispo de la curia romana, secretario de la congregación de religiosos, han respondido en seguida en el boletín franciscano repartido el lunes a los padres capitulares.

En el boletín se dice: "Nosotros no vamos a la búsqueda de nuestra identidad. Nuestra actividad en el mundo no se endereza a la búsqueda de una nueva identidad. Es esta nuestra identidad. Ella es fruto de siglos de historia, de doctrina, de tradición y de empeño en el mundo". Y añade: "Nosotros nos movemos donde hay sufrimiento, pobreza y necesidad conscientes de nuestra misión".

En los pasillos del capítulo general nadie niega al Papa su deber de interesarse por la familia franciscana, pero lo que no comprenden es por qué se preocupa tanto cuando la salud de los hermanos menores, como ha presentado en su balance el superior general, es francamente positivo.

Ahora hay una cierta expectación por saber, en este clima, quién será elegido como nuevo general franciscano en un momento tan delicado. El nombramiento será la mejor prueba de los humores internos de la mayoría del capítulo de una orden tan numerosa hoy en el mundo como los jesuitas, con más de 20.000 miembros. El capítulo deberá elegir el sábado al sustituto del norteamericano John Vaughn, que termina ahora su mandato.

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