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La justicia italiana investiga a neofascistas por atentar contra 'etarras' en Francia y en España

JAVIER GARCíA, Los principales neofascistas italianos implicados en las tramas negras internacionales y reclamados por la justicia de su país están siendo investigados por el juez de Roma Giovanni Salvi, que está instruyendo el proceso penal número 1.215/84, que hasta ahora se había mantenido bajo la más estricta reserva, contra los mencionados terroristas negros por su presunta participación en atentados contra miembros de ETA y personas próximas a esta organización terrorista cometidos en el sur de Francia y en territorio español desde el principio de la transición hasta ahora, ya con el Gobierno socialista.

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Protagonistas del terrorismo fascista

Este proceso fue abierto como consecuencia de una importante y secreta investigación judicial iniciada en Italia a principios de 1984 destinada a aclarar y concretar las actividades de los terroristas negros italianos tanto en su país como fuera de sus fronteras, según precisó a EL PAIS en su despacho de Roma el juez Giovanni Salvi que instruye este proceso en Italia. Este sumario abierto a los neofascistas italianos es procedente porque la justicia de Italia puede juzgar a sus ciudadanos por delitos cometidos fuera de su país.El juez romano Giovanni Salvi confirmó a un enviado especial de este periódico que el proceso 1.215/84 se encuentra pendiente de determinadas y decisivas investigaciones y se negó a aclarar, aduciendo secreto del sumario, los casos concretos de la presunta participación de los neofascistas italianos en atentados contra etarras, "tanto en territorio español como en francés".

Estos atentados tienen relación con acciones perpetradas por diferentes grupos de extrema derecha contra miembros de ETA y personas afines a esta organización. Estos grupos son el Batallón Vasco Español (BVE), los denominados Grupos Armados Españoles, los Comandos Antimarxistas, la Triple A (Alianza Apostólica Anticomunista) y los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación).

Desapariciones

El desarrollo de esta investigación judicial tiene relación también con un télex enviado por Interpol Roma a la policía española el 27 de marzo de 1984 en el cual se solicitaba a España información sobre Stefano delle Chiaie, Augusto Cauchi y Pier Luigi Concutelli por su presunta participación en dos atentados contra miembros de ETA.

El denominado mensaje condensado de Interpol Roma relaciona concretamente a Delle Chiaie y a Cauchi con un atentado contra un miembro de ETA y el secuestro de otro al que narcotizaron y trasladaron a España. En el caso de Concutelli se solicitaba información sobre su paso por España hasta su detención en Roma en febrero de 1977, fecha desde la que se encuentra encarcelado y condenado por su participación en el asesinato del juez Occorsio, cometido en 1976.

Estos dos atentados contra miembros de ETA a los que hace mención el télex de Interpol Roma pueden tener relación, según fuentes del País Vasco, con la desaparición en San Juan de Luz, el 1 de octubre de 1983, de los refugiados vascos José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, de quienes no se ha vuelto a saber nada desde esa fecha.

El contenido del citado télex se encuentra incluido en un informe de la Comisaría General de Información, que dirige Jesús Martínez Torres, sobre varios neofascistas italianos, solicitado por la acusación particular, entre otras hipótesis, en relación con el caso Brouard.

Ahora se ha podido aclarar que el mencionado télex que solicitaba información sobre los neofascistas italianos responde a la reservada investigación judicial que se inició en Italia a principios de 1984 sobre las actividades de los principales terroristas negros, tanto en Italia como en España y en otros países, especialmente suramericanos.

Además de los dos atentados mencionados en ese télex, la justicia italiana investiga las acciones contra miembros de ETA que se iniciaron poco después de la muerte de Franco. El Batallón Vasco Español (BVE) hizo su aparición el 24 de mayo de 1978 con el asesinato de un taxista guipuzcoano. Sólo en 1980 resultaron muertas 22 personas en atentados reivindicados en su mayoría por el BVE. Los objetivos fueron casi siempre activistas de ETA y personas próximas a la organización terrorista.

Los Grupos Armados Españoles aparecieron el 18 de septiembre de 1980 con el atentado que causó la muerte del refugiado vasco Justo Elizarán en Biarritz.

Además de estos grupos, otros con diversas siglas, y siempre de extrema derecha, cometieron atentados contra etarras hasta la aparición de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación). Todos estos grupos han contado en sus filas con neofascistas italianos, asesinos a sueldo del hampa de Burdeos o mercenarios de la OAS. Sólo las actividades de los ciudadanos italianos son objeto del proceso que se instruye en Roma, aunque de ese sumario puedan obtenerse otras pruebas que impliquen al resto de los mercenarios implicados en la guerra sucia contra ETA.

Los principales neofascistas investigados en este proceso son, entre otros, Stefano delle Chiaie, Carlo Cicuttini, Augusto Cauchi, Pier Luigi Concutelli, Giuseppe Calzona, Clemente Graziani, Mauro Meli, Claudio Papa y Elio Massagrande.

Con servicios españoles

La justicia italiana está investigando rigurosamente las actividades de los terroristas negros en España. De hecho, además del proceso citado en Roma, se encuentran abiertos contra neofascistas italianos con relaciones en España un sumario en Florencia por el asesinato del juez Occorsio y otro en Venecia por la matanza de Peteano. En ambos procesos se encuentran implicados neofascistas italianos que han residido o continúan viviendo en España, y algunos de ellos han sido vinculados por indagaciones incluidas en esos sumarios con sectores de los servicios secretos y la policía española.

Así, el juez de Florencia Pier Luigi Vigna afirma a este periódico que la metralleta con que se asesinó al juez Occorsio pertenecía a la policía española. "Tenemos el recibo de la fábrica norteamericana", dice Vigna, "que vendió esa metralleta, y consta en la factura que se encuentra en nuestro poder que fue comprada por, textualmente, la policía española de Madrid. De ahí llegó a manos de Delle Chiaie y Concutelli. Nosotros hemos solicitado en varias ocasiones a la policía española información sobre cómo llegó ese arma a los neofascistas italianos, sin recibir en ninguna ocasión respuesta alguna de la policía y autoridades españolas".

El juez de Venecia Felice Casona dirige un proceso en la mencionada ciudad italiana contra Carlo Cicuttini, implicado en la matanza de Peteano, en la que murieron tres carabinieri, y a quien se ha relacionado en numerosas ocasiones con determinados servicios españoles en la guerra sucia contra ETA en los primeros años de la transición. Casona se trasladó a España en febrero de 1983 para interrogar a Cicuttini e investigar conexiones de neofascistas italianos y españoles "que, por el momento, no se pueden concretar más", según manifestó el propio juez Casona.

Guerra sucia contra ETA

El juez Pier Luigi Vigna afirmó a este periódico que, entre algunos resultados de sus investigaciones en el caso Occorsio, "se ha podido comprobar por diferentes declaraciones obtenidas en este sumario que Delle Chiaie, Cauchi y Concuttelli -este último hasta su detención en Roma en 1977- protagonizaron en colaboración con la policía española atentados dentro de la denominada guerra sucia contra ETA en los primeros años de la transición".

Vigna aclaró, a preguntas de un redactor de este periódico, que no puede afirmar que actualmente se haya mantenido esa colaboración por "falta de datos concretos y porque es el juez Salvi quien instruye un proceso en Roma en el que se investiga concretamente esos hechos".

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