100.000 funcionarios, afectados por el cierre patronal en el sector público de Suecia

, Aproximadamente 100.000 funcionarios suecos se encuentran en estos momentos afectados por el cierre patronal en el sector público decretado como respuesta a las huelgas selectivas iniciadas el pasado día 2 por por 20.000 funcionarios estatales. El conflicto se ha extendido a otros 80.000 más al fracasar las negociaciones que una comisión mediadora designada por el Gobierno mantuvo con las partes hasta el último momento.

Una nueva propuesta que mejoraba pero no contemplaba todas las exigencias sindicales en materia de salarios, fue aceptada por la delegación patronal, pero rechazada por la sindical, lo que determinó la puesta en práctica del anunciado cierre patronal (lock-out).El lock-out es una contramedida patronal cuyo objetivo es debilitar las posibilidades del sindicato para mantener una huelga prolongada.

A la paralización total de los vuelos internos e internacionales, se suma ahora la de un sector de la enseñanza media que afecta a 50.000 maestros y cerca de 300.000 alumnos de los niveles inferiores, que quedarán sin clases. Como en. la mayoría de los hogares suecos ambos padres trabajan, esto adquiere la dimensión de un problema social.

En el orden económico, la paralización de todo el comercio de importación y exportación afecta seriamente a los intereses dél país. Otros servicios estatales, correos, policía, museos, dependencias universitarias, aduanas, defensa civil, etcétera, se verán, asimismo, afectados. Sin embargo, y tras las discusiones mantenidas ayer, los sindicatos están de acuerdo en poner fin a los problemas ocasionados en los servicios postales, así como permitir la vuelta a su trabajo a los inspectores sanitarios.

El conflicto tiene su origen en la negativa del Gobierno de acceder a las exigencias salariales de los funcionarios, porque ello es contrario a sus planes económicos, que, entre otras cosas, prevén un índice de inflación no superior al 3% para este año. Los funcionarios solicitan un incrementao del 3,1%.

El primer ministro, Olof Palme, que siguió de cerca el desarrollo de toda la negociación hasta la madrugada del sábado, declaró que se había hecho lo posible para evitar el cierre patronal, que no encara por el momento la remisión de una ley que ponga fin al conflicto de forma coercitiva. No se descarta una reiniciación de las negociaciones y, mientras tanto, el Gobierno confía en que el lock-out desgastará la resistencia sindical.