Emio Crespo
Tuvo que recurrir a los bomberos para poner en marcha su coche recién comprado. Crespo había aparcado su automóvil.en el centro de Río de Janeiro para hacer unas compras, y a su regreso se encontró con que no podía encender el motor. Irritado por lo que creyó un fallo de fabricación, Crespo levantó el capó para investigar. Cuál no sería su sorpresa al encontrarse una cobra de casi dos metros de largo enroscada en el motor.
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