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RELIGIÓN

Comunidades Cristianas de Base acusan de involución a la Iglesia y de apatía a la izquierda

Juan Arias

Ha tocado este año a un teólogo español, Nicolás Bajo, la ponencia de apertura en Turín del Congreso Europeo de las Comunidades Cristianas de Base, que han tenido sus reuniones públicas en el cine Fiamma de la mencionada capital italiana. El congreso ha criticado duramente la, a su juicio, involución en curso en la Iglesia católica, que se está alejando del espíritu del concilio Vaticano II con su obra de reestructuración, pero también repudió una cierta inmovilidad o apatía en los partidos tradicionales de la izquierda, que van perdiendo en muchos países su tensión moral e ideal con tentaciones de burocratización y de alejamiento de la democracia real y popular.En el congreso han participado durante este fin de semana más de 200 representantes de las comunidades de base de Holanda, Bélgica, España, Portugal, Francia, República Federal de Alemania, Reino Unido, Escocia, Austria, Suiza e Italia. Habían anunciado también su presencia, aunque después sus respectivos Gobiernos les impidieron atravesar la frontera, los representantes de Polonia y de la República Democrática de Alemania.

Para los italianos era inevitable que este congreso europeo se presentase como la antítesis del reciente congreso nacional de la Iglesia itabana celebrado en Loreto. Sobre todo porque a una representación de dichas comunidades cristianas de base se le impidió asistir a dicho congreso. En su discurso, el papa Juan Pablo II les había indicado el único camino para poder participar en la vida oficial de la Iglesia y respecto a su debate interno: arrepentirse y aceptar la disciplina y la doctrina católica.

Sin embargo, los congresistas afirmaron desde el primer momento que el congreso no quería ser un anti Loreto. Y lo motivaron recordando que precisamente el reto ha demostrado que la Iglesia italiana es hoy pluralista y está atravesada por muchas corrientes internas, y que la mayoría no posee espíritu maniqueo o de cruzada.

Muchos obispos hubiesen deseado, por ejemplo, la presencia en Loreto de una representación de las comunidades de base, puesto que se debatía el tema de la reconciliación. El teólogo español Nicolás Bajo, en su introducción al congreso, afirmó que hoy las comunidades de base se sitúan en toda Europa políticamente a la izquierda, pero privilegiando sobre todo los movimientos de base y populares. En cuanto a la identidad de sus militantes, explicó Bajo que pertenecen mayoritariamente a la clase media, más bien a la baja, con pocos exponentes, por ejemplo, de la clase media-alta.

Se advirtió, sin embargo, en el congreso un cierto desamparo, en el que se mueven hoy los movimientos cristianos del disenso frente a la ocupación global de los espacios religiosos por la invasión wojtiliana. A quien preguntó qué hubiesen hecho si de repente se hubiese presentado el papa Juan Pablo en en el congreso, como lo hizo al oficial de Loreto, la respuesta fue: "Le invitaríamos a trabajar en una comisión de estudio".

Nuevo nuncio en Bolivia

El sacerdote Santos Abril y Castelló, de 50 años, nacido en Alfambra de Teruel, responsable de la sección española de la Secretaría de Estado, ha sido nombrado ayer por Juan Pablo II arzobispo y nuncio apostólico en Bolivia. Santos Abril, que llevaba trabajando en la secretaría papal desde septiembre de 1973, había sido nombrado ya consejero de nunciatura en 1980. Se trata de un respetado diplomático, con una prudencia especial, fiel servidor del papa Wojtyla, pero al mismo tiempo con una gran autonomía.

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