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La Policía Municipal de Torrejón desaloja la Universidad Popular y cierra la Casa de Cultura

La Policía Municipal de Torrejón de Ardoz desalojó, poco antes de las tres de la tarde de ayer, a los últimos 10 profesores de la Universidad Popular de los 18 que permanecían encerrados desde el pasado miércoles, día en que se enclaustraron en apoyo de seis compañeros, contratados administrativos, cuyo contrato terminaba ayer. Los 18 encerrados -12 contratados laborales y seis con contrato administrativo- han sido despedidos.

Tanto el concejal de Cultura y Enseñanza de Torrejón, el socialista Antonio Sánchez Doncel, como los propios profesores afectados, niegan que exista algún trasfondo pedagógico o ideológico. Se trata de un problema administrativo que ha degenerado en un conflicto global hasta provocar el cierre de la Casa de Cultura, sede de la Universidad Popular, y una lluvia de acusaciones mutuas.Los profesores cuentan con el apoyo de un grupo de alumnos difícilmente cuantificable. Durante toda la mañana de ayer, unos 60 estudiantes permanecían ante la puerta de la Casa de Cultura en apoyo de los profesores encerrados, y habían convocado una asamblea en la calle a las siete de la tarde. Un portavoz de los encerrados afirmó que los contratados administrativos sólo podrán ejercer una labor positiva si tiene continuidad, y exigen su contratación con carácter laboral indefinida, además de la anulación de todos los despidos y la dimisión del equipo rector de la Universidad Popular, encabezado por el director, Francisco García Lorca.

Aunque en un principio el conflicto se centraba en que a los seis contratados administrativos sólo se les renovaba el contrato por dos meses, hasta junio, el encierro y el apoyo a los interinos motivó que el Ayuntamiento rescindiera los contratos laborales de otros 12.

El concejal de Cultura, Sánchez Doncel, explica que "en la Universidad Popular hay cursos -al margen de los fijos, como es el caso del título de graduado escolar- que se imparten en determinados períodos y pueden desaparecer, según las necesidades. Los seis contratados administrativos podían haber vuelto a trabajar el próximo curso pero nadie puede pretender que cualquier contrato temporal se convierta en definitivo porque sería la ruina del Ayuntamiento".

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