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MURCIA

La niña de nueve años hallada muerta junto al Segura falleció por asfixia

La niña de nueve años Mari Carmen Santiago Navarro, que fue hallada muerta junto al río Segura el pasado, día 19 por la tarde, después de haber desaparecido de su domicilio el día 14, falleció el miércoles sobre las cinco de la tarde, y la muerte le sobrevino por asfixia, por sofocación, según han informado fuentes relacionadas con el caso. Estas son las conclusiones a las que se ha negado tras realizar la autopsia del cadáver.

Sin embargo, todavía se está a la espera del resultado de los estudios toxicológicos y anatomopatológicos que está realizando el Instituto Forense de Madrid adonde se remitieron las vísceras y otras partes del cuerpo de la niña. No obstante hay datos que va a ser imposible conocer, como, por ejemplo, si la niña fue o no objeto de abusos sexuales, dado que la zona genital del cadáver estaba completamente devorada por los roedores.En cuanto a la investigación policial para detener al hipotético autor o autores del secuestro y posterior muerte de la niña, la policía guarda un absoluto mutismo. Sin embargo, según la familia, ya ha habido un detenido. Se trata, precisamente, de un sobrino de Manuel Santiago, padre de la niña. Este joven, aunque vive en Oliva (Valencia), estaba en Murcia en compañía de otro pariente el día que desapareció Mari Carmen. "Mi yerno receló de él", dice la madre, Soledad Navarro, "y fue a dar parte a la policía. Le detuvieron, pero no sabemos si le han soltado ya o no". De quien no se tiene noticias es del otro joven, pero al parecer no ha regresado a su dornicilio de Oliva.

La comunidad gitana ha estado buscando, y todavía lo sigue haciendo, a la única persona que fue vista con la niña al día siguiente de su desaparición. Se trata de un joven de 15 o 16 años, de tez muy oscura, con una cicatriz en la mejilla y un corazón tatuado en un brazo.

Hasta la fecha no han podido dar con su paradero; afirman que no debe ser de Murcia, porque en ese caso le hubieran encontrado ya. Soledad Navarro, la madre de la niña, dice: "Al asesino de mi hija, cuando lo encuentren, no tienen que meterlo en la cárcel: merece que lo ma ten, pero poco a poco, lo mismo que ha hecho con mi hija".

La familia de Mari Carmen Santiago es una familia muy humilde, integrada por ocho hermanos, los dos mayores casados y el resto, junto con el padre, en paro. La madre de la pequeña ha manifestado: "Desde hace varios meses estamos viviendo de fiado. Me he tenido que empeñar en 30.000 duros para enterrar a mi hija".

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