La mayor erosión del poder adquisitivo vuelve a centrarse este año en las rentas bajas

El índice de precios al consumo (IPC) ha subido en marzo algunas décimas menos que el 0,8% registrado en el mismo mes de 1984, según estimaciones de la Administración. Hasta la próxima semana no se conocerá el dato oficial. Entre tanto, las últimas cifras disponibles reflejan que la erosión del poder adquisitivo ha vuelto a castigar con mayor fuerza a las rentas bajas, y el ministro Miguel Boyer ha reconocido públicamente que en 1984 la inflación sufrida por las rentas fue del 11,3%, no del 9% registrado a final de año. Pero las economías más modestas han tenido y vuelven a tener pérdidas mayores.

Si se cumplen para marzo las previsiones efectuadas días pasados por la Administración -en meses anteriores se ajustaron poco a la realidad-, el índice de precios al consumo seguirá todavía para los últimos 12 meses por encima del 9,3%, contra el 9% acumulado durante 1984. La desaceleración esperada descansaría fundamentalmente en los productos alimenticios. A éstos atribuyó el Ministerio de Economía tanto el rebrote inflacionista del verano pasado como el de enero y febrero de 1985. Visión que parece parcial a la luz de los últimos datos conocidos.En cualquier caso, la erosión del poder adquisitivo durante los últimos, 12 meses -la forma más técnica y aséptica de medir la inflación, porque es la que determina la variación de las rentas reales- seguirá cercana al 11%. Esta tasa mide las subidas pagadas por los consumidores sobre el mismo mes del año anterior en cada uno de los meses del año, Es decir, de sumar las tasas anuales de cada mes y dividirlas por 12, según el cuadro adjunto.

Así ocurrió que, durante 1984, los precios recortaron el poder adquisitivo un 11,3%. El dato fue confirmado el pasado martes por el ministro Miguel Boyer ante la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de Diputados. "Aquí también ha habido", dijo el ministro, según el acta taquigráfica de la sesión, "toda una serie de observaciones sobre la inflación: el 9% no es realmente lo que varía el poder adquisitivo; lo que lo varía es el 11,3%, etcétera. Este tipo de discusiones son bastante técnicas, pero correctas. Es verdad: el perfil en 1984 ha sido más de caída al final que al principio, y eso ha determinado que la inflación media del año asado fuera el 11,3%".

Mayores alzas

Por la misma razón, del desglose del IPC de febrero dado a conocer esta semana se deduce que las mayores pérdidas de poder adquisitivo siguen centradas en los presupuestos familiares dedicados en mayor proporción a alimentos y vestido y calzado. Frente a la insistencia oficial en culpar a las heladas del rebrote inflacionista de enero y febrero, los datos muestran una subida del 11,8% para el vestido y el calzado en febrero último respecto a febrero de 1983, mientras que la de alimentación ha sido del 11,1%.Las mayores subidas acumuladas en los últimos 12 meses han correspondido al calzado de caballero (14,8%), calzado de niño (13,5%), prendas exteriores y calzado femenino (12%), prendas exteriores de varón (11,3%) y telas en general (10,6%). Otros componentes del índice, distintos de la alimentación, también han sido alcistas: artículos de limpieza (14,1%), tasas universitarias (17%), turismo interior (13,3%), publicaciones (11,4%), y gastos de la vivienda (10,2%).

Las subidas más sobresalientes han estado en los alimentos: 33,9% en las frutas frescas, 26% pollo, 18,7% café y té, 17,5% huevos, 14,2% vacuno fresco, 15,7 otros alimentos, 13,4% cordero, y 12,1% otras frutas.

Por el contrario, es destable la moderación de un producto como la patata -ha bajado un 22,3% después de fuertes alzas en años anteriores- y de otros con precios intervenidos, como las grasas, los productos lácteos y el pan.

La media de estas tasas en los últimos 12 meses (reflejada en la segunda columna del cuadro adjunto) revela que las personas que hayan dedicado casi todo su presupuesto a alimentación han visto erosionadas sus rentas en un 12,2%.