Las grandes cajas, derrotadas en el proyecto de ampliar la expansión fuera de sus regiones
Las cajas de ahorro pequeñas y medianas derrotaron ayer, en la asamblea general extraordinaria del sector, el proyecto de ampliar las normas de expansión de este tercio del sistema financiero fuera de sus regiones de origen. El voto fue interpretado como una censura a la Caja de Pensiones (La Caixa) y a otras entidades grandes, que aprovecharon los polémicos planes de apertura de "tiendas de dinero" filiales de la primera para forzar las normas sobre oficinas propias. Después de tres asambleas infructuosas, el Consejo de Administración de la Confederación Española de Cajas de Ahorros presentó ayer una propuesta definitiva para superar la división sufrida desde septiembre pasado entre las 79 cajas por los planes de La Caixa.
El resultado de la votación fue de 156 votos en contra, 56 a favor y cuatro abstenciones, según informaron varios participantes. La asamblea, integrada por presidentes y directores, se desarrolló a puerta cerrada y sin permitir siquiera a la prensa acceder al edificio.De estos resultados y del mayor número de votos a que tienen derecho las cajas grandes, los informantes dedujeron que se pronunciaron a favor de cambiar las normas de expansión poco más de media docena de entidades, entre ellas La Caixa y las cajas de Madrid, Valencia, Municipal de Bilbao, Alicante y Murcia y quizá Galicia.
La unanimidad opositora entre las pequeñas y medianas estaba encabezada por las federaciones de Andalucía y la castellano-burgalesa. Ambas denunciaron desde el pasado septiembre la apertura en toda España por La Caixa de pisos y tiendas, promovidas como sociedades filiales de servicios financieros, para vender bajo el nombre de Grup Caixa pagarés del Tesoro, títulos hipotecarios, seguros, participaciones en fondos de inversión y de dinero, etcétera. La Caixa se comprometió hace varios meses a dejar en suspenso su programa de "tiendas de dinero" (en total 250, de las que ya tiene instaladas 80), mientras el conjunto de las cajas trataba de llegar a un acuerdo sobre el problema de la expansión. Otras cajas grandes la apoyaron, desde su reforzada presencia en los órganos de representación del sector, aunque más interesada en cambiar las normas de expansión con oficinas propias que en la nueva modalidad de tiendas de dinero, estrenada en España por la banca extranjera.
La propuesta final del consejo de la CECA, presentada con el apoyo de las autoridades monetarias, consistía en reformar las normas de expansión de 1979 para que, en lugar de poder acudir sólo a las cinco principales capitales (Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia y Zaragoza), las cajas con más de 50.000 millones de pesetas en recursos ajenos puedan situar hasta un 5% de sus oficinas en las poblaciones con más de 200.000 habitantes. Es decir, que el campo de expansión pasaría de cinco a 19 ciudades y las cajas podrían abrir casi medio millar de oficinas fuera de su territorio. A cambio, todas las cajas deberían renunciar a abrir tiendas de dinero, motivo original de la polémica.
La superioridad
"Hemos podido comprobar", dijo en su informe de la propuesta el consejo de admnistración, que tanto el Ministerio de Economía y Hacienda como el Banco de España desean un acuerdo transaccional entre las cajas de ahorro confederadas, y sería muy bien visto por la superioridad el que pudiéramos llevarles el problema, que también a ellos les preocupa, resuelto y encauzado por vías de concordia". Los representantes de la Caixa también pusieron reparos a esta propuesta, lo que originó duras y extensas críticas a la entidad que dirige José Vilarasau incluso por parte de quienes rechazaban la nueva fórmula de expansión con oficinas propias. Por ello, el voto final fue interpretado por una decena de asistentes de diversas cajas consultados como un castigo moral contra la mayor caja española y contra las que han aprovechado la oportunidad para discutir el statu quo de 1979, que a la larga sólo ha elevado la competencia los cinco mayores centros financieros.
La Caixa ha señalado que se siente así desvinculada de su compromiso de congelar los planes de filiales, acogidas a la ley de sociedades anónimas y no a la de cajas. Sin embargo, representantes de la mayoría ganadora en la asamblea declararon que el proceso no ha vuelto a situarse en los términos de septiembre.
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