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VIAJES

LA VISITA

En la carretera que se dirige de Pamplona a Jaca, y a unos nueve kilómetros de esta última población, hay que tomar la desviación perfectamente señalizada que lleva a Santa Cruz de la Serós. El pueblo vale en sí mismo la pena. En muchas de las casas -rematadas por unas curiosas chimeneas redondas- se pueden reconocer piedras labradas y relieves procedentes de Las primitivas dependencias monacales hoy desaparecidas.Las dos iglesias suelen estar abiertas durante el día. De todas formas, cualquier vecino le indicará cómo hacerse con las llaves. Actualmente es casi imposible subir a la cámara de Santa María y a la torre. La escalera se encuerara en muy malas condiciones y tan sólo con mucha constancia y fatigosa, insistencia se conseguirá permiso para contemplarlas. El antiguo sarcófago de doña Sancha -muerta y enterrada en este monasterio-, de gran valor, se guarda hoy en la iglesia de las benedictinas de Jaca.

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Santa Cruz de la Serós

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