Un teniente del Ejército figura entre los detenidos por el incendio intencionado de una fábrica en Valencia
Una de las personas detenidas recientemente en Valencia junto al supuesto mercenario francés Gilbert Perret, cuyo nombre ha sido barajado en relación con actividades de guerra sucia contra ETA, es el teniente de Infantería de¡ Ejército español Vicente Pascual Bertomeu, actualmente en la reserva activa, informaron fuentes policiales. Gilbert Perret y Vicente Pascual fueron detenidos por el incendio intencionado de una fábrica de calzados, por el que su propietario cobró 90 millones de pesetas del seguro, que luego repartió entre sus cómplices.
Vicente Pascual, perteneciente a una familia de militares -un hermano suyo es también teniente, aunque del arma de Ingenieros-, se encuentra en situación de prisión incondicional, que cumple en un acuartelamiento de la guarnición de Valencia, concretamente en Paterna, donde ha sido recluido dada su condición de oficial del Ejército en la reserva activa. De 51 años, Pascual procede de la escala auxiliar del Ejército, en el que ingresó como soldado. Toda su carrera militar la ha desarrollado como suboficial hasta 1974, año en que accedió a su actual empleo de teniente. El militar detenido es también criminólogo y tiene a su nombre una empresa de detectives privados en Valencia, denominada Paber (nombre compuesto por las dos primeras sílabas de sus apellidos), cuyas oficinas se encuentran en la calle de Játiva, número 25, de esta ciudad. El teniente Pascual, al igual que Gilbert Perret, es persona vinculada a determinados sectores policiales, patente en este caso por su profesión de criminólogo y de propietario de una empresa de detectives privados.
El hecho de que el teniente Pascual esté en situación de destino, "a las órdenes del Excmo. Sr. Ministro de Defensa", como figura en las últimas escalillas del arma de Infantería, no implica, según fuentes militares oficiales consultadas por EL PAIS, que tenga una dependencia directa del actual titular del departamento, Narcís Serra, ya que se trata de un "destino generalizado para todos aquellos militares que pasan a la reserva activa".
Otras detenciones
Los nombres del teniente Pascual y de Gilbert Perret han aparecido unidos por primera vez a raíz del incendio intencionado de una fábrica de calzados de Torrente, en Valencia, ocurrida a finales de junio de 1983. En la redada policial, realizada por funcionarios del Grupo de Policía Judicial de la comisaría de Torrente, fueron detenidas otras seis personas, entre ellas Juan Vicente Pascual, de 24 años y de profesión mecánico, hijo del citado teniente. Las diligencias del caso las lleva el Juzgado de Instrucción número 13 de Valencia, aunque están relacionadas también con otra investigación judicial, que dirige el titular del Juzgado número 9. Perret y Pascual han sido acusados por la policía de "incendio y estafa". Otros detenidos, en cambio, están implicados, además de los hechos anteriores, en supuestos delitos por "robo e intimidación", ya que un año y medio después de la quema de la fábrica se descubrió que tres de los detenidos realizaron un trabajo sucio contra una mujer que, al parecer, disponía de datos que podrían conducir a la policía al esclarecimiento del incendio. Esta mujer fue intimidada con una fuerte paliza.
Nombres en iniciales
Los nombres de Perret y Pascual no fueron facilitados por la Jefatura Superior de Policía de Valencia en sus servicios policiales a la Prensa tras la redada -sólo se difundieron las iniciales-, si bien se dio información detallada del suceso. Fuentes de la policía descartaron "cualquier excepcionalidad o supuesto encubrimiento" del nombre de los detenidos por el hecho de haberse facilitado solamente las iniciales de éstos, y añadieron que "desde hace ya algún tiempo es habitual, al menos en algunas jefaturas regionales de policía, difundir iniciales en vez de los nombres completos, ya que han existido algunas veces problemas con detenidos que policialmente han sido acusados de algún delito y posteriormente el juez ha estimado su inocencia. Policías valencianos, en su totalidad funcionarios que nunca tuvieron que ver con unidades que años atrás demostraron dudosa trayectoria, lamentaron en su día que no se facilitara, al menos, el nombre de Gilbert Perret, a quien se le atribuye, dirigiéndose a un inspector cuando se produjo su detención, la siguiente frase: "Si mi nombre sale en los periódicos, te pego un tiro".
Perret, de 50 años, nacido en Aix-en-Provence, aunque residente en Benicasim. (Castellón), fue colaborador de los servicios antiterroristas españoles años atrás. Además de haberse barajado como uno de los tres mercenarios que atravesaron violentamente la frontera franco-española tras la matanza del bar Hendayais, su nombre apareció entre las anotaciones del mercenario Maxime Szonek, hijo de Israel Szonek y Rachel London, un matrimonio judío que pereció en el exterminio del campo de concentración de Auschwitz durante la II Segunda Mundial. Szonek fue acusado y condenado en 1980 por la justicia francesa a 15 años de prisión por el asesinato del etarra Justo Elizarán, ocurrida un año antes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.