Fuertes presiones a la baja
Las bolsas de valores parecen firmemente decididas a que los gráficos de sus índices generales abandonen definitivamente la horizontalidad, y ante la falta de alicientes, parece lógico que el camino escogido haya sido el de la cuesta abajo, tal vez porque es el más cómodo. Las pérdidas registradas ayer eliminan cualquier posibilidad de recuperación, a menos que el panorama económico registre algunos cambios importantes y favorables para los mercados. Pero hasta ahora no parece moverse en ese sentido ninguno de los indicadores socioeconómicos que se supone están orientando a las bolsas.El precio del dinero, por ejemplo, invita a efectuar un reajuste sobre la marcha de los precios de algunos valores, como pueden ser los eléctricos, sin olvidar que aún tienen sobre sí la posibilidad de que sus dividendos sean recortados, porque la casa continúa sin barrer en tanto se decide quién debe manejar la escoba y cuándo.
En este sentido, la situación que se ha generado en los últimos días no ha hecho sino sembrar la alarma en los ya suficientemente alarmados inversores, tan temerosos de mantener los títulos en su poder como de venderlos con pérdidas seguras. Los últimos resultados del sector hacen suponer que la resignación empieza a hacer ver las actuales pérdidas como un mal menor.
.Había, sin embargo, una noticia que resultaba favorable para uno de los sectores del mercado, el bancario. La ayuda suplementaria que recibirá el Banco Urquijo Unión parece significar que el Hispano no verá afectada su rentabilidad por la situación de su filial. Hace unos meses, esta noticia habría provocado una presencia importante de dinero en torno a los valores bancarios en general, y alrededor de los títulos del Hispano en particular, pero ahora todo lo que se consiguió fue un saldo comprador para este último que apenas llegaba a los 30.000 títulos.
La escasez de esta respuesta es todo un ejemplo del estado de ánimo que se respira en los mercados de valores actualmente. Aun así, este valor constituyó una excepción a la evolución de sus compañeros de grupo, que, salvando la repetición del Banesto, perdían entre uno y ocho enteros en esta sesión. Con estas nuevas pérdidas, el sector bancario se encuentra ya en la cota del 103%, siendo el segundo grupo más bajo, por detrás del de inversión, que perdió la par hace ya muchas sesiones.
Los grupos industriales también han salido malparados de este ciclo semanal, tal y como suele suceder cada vez que las cosas no marchan bien en los sectores de cabeza. Ni siquiera la compañía Telefónica logró mantener sus posiciones, perdiendo ayer otro entero, con lo que en la semana acumula una baja de uno y medio, y ello gracias a los efectos benéficos de aquella primera sesión en la que subió casi todo.
La situación al cierre volvía a ser pesimista y dejaba ver el abandono con que la mayoría de los inversores acogieron estas nuevas bajas. La ausencia de noticias está dejando de ser un mal coyuntural, y este desenlace parece ser la consecuencia lógica de tan larga espera. Lo peor de todo es que hay que seguir aguardando, aunque cada vez sean menos los que mantienen sus posiciones y más los que se ponen a cubierto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.