Un centro económico de Oriente Próximo

"El Gobierno está promoviendo activamente el establecimiento de Chipre cómo un centro regional económico y financiero en Oriente Próximo", afirma el presidente, Spyros Kyprianu. "Esta política está basada", continúa, "en un intento de utilizar las ventajas comparativas que Chipre ofrece a los extranjeros". Kyprianu recuerda que los acontecimientos de Líbano y las facillidades fiscales han fortalecido los incentivos de la isla para los inversores.La economía grecochipriota ha tenido que hacer frente, desde la partición de la isla en 1974, a una profunda reconversión, ya que se calcula que el 70% de la capacidad productiva de Chipre se concentraba en el 37% del territorio que ocuparon las tropas turcas. A ello se unió la necesidad de acoger a casi 200.000 refugiados. A pesar de ello y de la crisis mundial, la economía ha mostrado, según Kyprianu, "un considerable grado de dinamismo y de habilidad para ajustarse al cambio de las condiciones internas y externas".

El presidente puede presentar datos alentadores: una tasa de crecimiento del 5,8% en 1984, frente al 3,1 % el año anterior y el 4,8%. en 1982; una tasa de desempleo inferior al 4%, y una inflación del 6%. en 1984 (en 1983 fue del 5,1%, y en 1982, del 6,4%). Kyprianu afirma que esta reactivación ha mejorado la situación de los refugiados, sólo unos pocos miles ya, pero reconoce que hay necesidades que no se pueden satisfacer y que son consecuencia de la partición.

La renta per cápita de los turcochipriotas es inferior a un cuarto de la de sus vecinos del sur. La diferencia se considera un factor positivo para la reunificación. Kyprianu no lo cree: "Los chovinistas dirigentes turcochipriotas y Turquía han probado que dan más importancia a sus planes expansionistas y particionistas que a las necesidades de la población".