'Eldorado' japonés
El desarrollo tecnológico alcanzado por la industria japonesa se ha elevado prácticamente a la categoría de mito. Sin embargo, la paracterística fundamental de la industria japonesa en este campo se ha basado más en copiar, claro está que perfeccionando el modelo, que en desarrollar una auténtica tecnología de base.Y, hoy por hoy, Japón sigue siendo un importador neto de tecnología; sus pagos por este concepto superan en 1,5 o 1,6 veces los cobros por tecnología.
No obstante, Japón se ha percatado de esta situación y está intentando modificarla a pasos agigantados. La receta no es otra que destinar fuertes cantidades de dinero, tanto desde el Gobierno como desde las propias empresas privadas, a la innovación, sobre todo en tecnología de base.
En el año fiscal de 1982 (de abril de 1982 a marzo de 1983) las inversiones japonesas en desarrollo tecnológico se elevaron a 27.000 millones de dólares (aproximadamente 4,5 billones de pesetas), lo que lo situó en el segundo lugar del mundo tras Estados Unidos, que destinó 80.000 millones de dólares.
No obstante, en relación con su producto interior bruto supuso un gasto del 2,44% (en España se está en torno al 0,5%). La participación del Estado en los gastos totales representó tan sólo el 26%, frente al 47% que representa en EE UU o el 58% en Francia.
El esfuerzo inversor privado, no obstante, se beneficia de algunas ayudas. Existe un incentivo fiscal mediante una reducción en el impuesto de sociedades equivalente al 20%. del aumento de los gastos en investigación y desarrollo tecnológico, frente a la cifra del año anterior.
Junto a esto, el Banco de Desarrollo del Japón ofreció en 1984 créditos a largo plazo y con bajo tipo de interés para la promoción tecnológica (10 años y al 7,1 % anual), por un importe de 200 millones de dólares (unos 34.000 millones de pesetas).
Para este año hay en marcha ya,una novedad importante en el sistema de ayudas. El Centro de Promoción de Investigación en Desarrollo de Altas Tecnologías va a conceder créditos a 14 años, con siete de carencia, y al 7,1% de interés anual para este tipo de investigaciones, pero las empresas solamente devolverán los intereses si el proyecto al que se dedica la inversión resulta positivo.
Por otra parte, se ofrece a las entidades privadas otro tipo de subvenciones de hasta el 50% de la inversión global, para el desarrollo de tecnologías vitales o relativas a fuentes de energía.
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