El fruto se recogerá en 1986

La eficacia del Año Internacional de la Juventud se conocerá el próximo septiembre a la vista del aumento que registren los Presupuestos Generales del Estado para 1986 en las diferentes partidas que se destinen para mejoras sociales, económicas y culturales de los jóvenes. Ésta es la impresión de Ignacio Quintana, director general de la Juventud, quien asegura que de él no van a salir frases grandilocuentes acerca de la virtualidad del año.Quintana, responsable de esta dirección general desde que el PSOE llegó al poder, inició tres líneas de trabajo de cara a los jóvenes: servicios, participación y lo que llama "política integral", que no es otra cosa sino la debida coordinación entre todos los departamentos ministeriales para saber qué es lo que cada uno aporta a la juventud. Así, aunque el presupuesto de esta dirección general en este año, que se inserta en el Ministerio de Cultura, ronda los 1.000 millones de pesetas, 300 de ellos destinados a subvenciones de iniciativas de los jóvenes, ésta no es la cifra real que se dedica a la atención de la juventud. Habría que acudir al Ministerio de Agricultura y contabilizar los 8.000 millones que destina al cooperativismo de jóvenes agricultores, o a la partida de 140.000 millones que contempla el Acuerdo Económico y Social (AES) para protección del desempleo, de los cuales un 40%. es para los jóvenes.

La "batalla de la información" es la primera que Ignacio Quintana se propuso ganar para que los "escasos" recursos no se pierdan al no ser conocidos por los jóvenes. Una red de oficinas de información para la juventud existe en toda España, dependiente de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos. La Guía de los Jóvenes, revista que edita la dirección general, recoge quincenalmente las más variadas cuestiones que pueden interesar a los menores de 25 años. Aspectos tales como el servicio militar, becas, actividades culturales, ocio, deporte, viviendas, etcétera. "La juventud, de lo que no pasa, sino que se apelotona, es de los servicios, de los billetes baratos, de las becas", dice Ignacio Quintana.

La dirección general se muestra especialmente satisfecha del caminar del Consejo de la Juventud, miniparlamento juvenil donde se encuentran representadas todas las organizaciones juveniles de carácter político e interlocutor directo de la dirección general, amén de estar subvencionado por la misma según la representatividad e implantación de cada una de ellas.

Juventud utópica

Ignacio Quintana habla con cierto entusiasmo de la cooperativa de 40 jóvenes instalada en el barrio madrileño de Villaverde como experiencia a imitar, de las jornadas sobre juventud y naturaleza, de las subvenciones a futuras promesas de la música, de la brillantez de jóvenes asturianos en un trabajo recién iniciado sobre arqueología industrial. Tras ello, reconoce el director general que la imagen que inicialmente puede traslucir de una juventud participativa, henchida de ilusiones y fe en el futuro, es radicalmente parcial y utópica. Es consciente, y los miembros del Consejo de la Juventud se bastan suficientemente para exponer la crudeza de la situación con todo lujo de detalles, de que al hablar hoy de jóvenes se piensa en paro, marginación y heroína. Es en este apartado donde el director general estima que el año internacional pueda ser de alguna utilidad.

"Será bueno que en el año se hable mucho de los jóvenes, se sensibilice a la opinión pública, se supere el pesimismo actual al referirse a ellos y, sobre todo, que el Gobierno realice una política para ellos", dice Quintana. Y aquí entran las medidas concretas, con prioridad absoluta las tendentes a mitigar el paro. La Dirección General de la Juventud pretende que todos los jóvenes, al igual que los empresarios, se aprendan de memoria qué apartado del Acuerdo Económico y Social (AES) se destina a ellos. En breve, según tiene previsto el Ministerio de Trabajo, en cada oficina del Instituto Nacional de Empleo (INEM) habrá una unidad de empleo juvenil. Los ministerios que elaboran el Plan Nacional de Lucha contra la Droga ultiman el proyecto.

"El año internacional, como mínimo, daño no va a hacer. Tengo una visión totalmente utilitarista del mismo", dice Quintana, para quien el fruto de 1985 se recogerá en 1986.