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Los minusválidos elaboran una guía de acceso a locales públicos

Las barreras arquitectónicas continúan siendo uno de los principales obstáculos para la integración de los minusválidos en las manifestaciones de la vida cotidiana especialmente de aquellas referidas al ocio y esparcimiento. Así lo hacen notar miembros de la Coordinadora de Disminuidos Físicos de Madrid, quienes han elaborado una guía de accesibilidad a determinados establecimientos públicos de Madrid, especialmente a cines y teatros. Reivindican con ello el derecho a consumir o participar en las actividades culturales como cualquier otro ciudadano.Recientemente, algún medio de comunicación de Madrid ha comenzado a incluir en la sección de cartelera de espectáculos una clave en la que se indica cuál es el grado de accesibilidad al local y a los servicios del mismo (si se puede en silla de ruedas, con muletas o de ninguna manera). Esto ha sido posible gracias a un estudio que ha realizado la Coordinadora Provincial de Disminuidos Físicos de Madrid. Esta guía, que todavía no ha sido editada, recoge los nombres y el grado de accesibilidad para discapacitados en los principales cines, teatros, salas de conciertos y otros lugares cerrados destinados al ocio.

Está en estudio, también, la actualización de la Guía de Madrid para Disminuidos Físicos, editada en 1980 por la Cruz Roja. Esta guía recoge las posibilidades de acceso no sólo a cines y teatros, sino también a restaurantes, hoteles, Ayuntamiento, bibliotecas, ministerios, museos, universidades, aparcamientos, estadios, mercados y transportes.

Paralelamente, la misma coordinadora ha organizado un ciclo cultural denominado Sin barreras con el propósito de dar a conocer los problemas del minusválido -eliminar las barreras no sólo arquitectónicas sino también mentales- y conseguir la participación activa del disminuido físico. Con estos fines ha sido programada durante los meses de abril y mayo en la Comunidad Autónoma de Madrid una serie de actos culturales de teatro, cine, poesía y vídeo.

Aparte de estas reivindicaciones puntuales, los minusválidos se quejan de que se avanza muy lentamente en la aplicación de la ley de Integración Social del Minusválido, aprobada por el Congreso hace un año. José Alba, secretario general de la Coordinadora Estatal de Disminuidos Físicos, explica que hace ocho meses que debería estar desarrollado un decreto de aplicación de la ley en torno a la eliminación de barreras arquitectónicas. Según fuentes de la mencionada coordinadora, el decreto ya fue informado por el Consejo de Estado pero ahora se encuentra en punto muerto, probablemente porque su aplicación costará a la Administración 50.000 millones de pesetas, que se invertirían, casi en su totalidad, en la modificación de las actuales estructuras arquitectónicas. José Alba se queja no sólo de que existan barreras arquitectónicas reales para los disminuidos físicos en nuestras ciudades, sino también de que en aquellos lugares en que éstas han sido eliminadas, no existe la suficiente información para los afectados por cualquiera de los tipos de minusvalía.

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