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Tres muertos en un atentado de la Mafia en Sicilia contra el juez Carlo Palermo

Juan Arias

La Mafia ha vuelto a actuar con un atentado, ayer en Trapani (Sicilia), contra el joven y discutido juez Carlo Palermo, en el que han resultado muertas tres personas: una madre con sus dos hijos gemelos de seis años, y heridas otras cinco, entre ellas el mismo juez, que sólo ha sufrido la rotura de un tobillo. De los otros cuatro heridos, su chófer y los tres agentes de su escolta, sólo dos de estos últimos permanecen en estado muy grave.

El atentado se produjo ayer, a las nueve de la mañana, cuando el magistrado Carlo Palermo, que acababa de trasladarse a Trapani procedente de su anterior sede de Trento, se dirigía al Palacio de Justicia desde su chalé de las afueras de la ciudad. La táctica del atentado ha sido la misma empleada para asesinar al juez Rocco Chinnice y a los agentes de su escolta: hacer estallar a distancia 50 kilos de explosivo plástico colocados en un coche estacionado en una carretera, en el barrio de Pizzolungo, a la entrada de la ciudad. En el momento de la explosión se encontraba en el lugar del suceso un automóvil en el que una madre pretendía llevar a sus dos pequeños a la escuela. Sus cuerpos quedaron tan destrozados que sólo horas después fue posible reconocer si los cadáveres eran de hombres o mujeres. Uno de los cuerpecitos salió despedido y quedó empotrado en un balcón próximo. La hija mayor, de 11 años, se salvó de milagro al haberle ofrecido un amigo sitio en su coche apenas un cuarto de hora antes.

En el momento de la explosión, el coche blindado del juez Palermo, un Fiat 132, capotó saliendo fuera de la carretera. Las puertas delanteras quedaron bloqueadas por el calor de la explosión y tanto el juez como su chófer tuvieron que salir a gatas por las ventanas traseras ayudados por los transeuntes. Los tres escoltas que viajaban detrás en otro coche corrieron una suerte similar.

En el mundo político la reacción ha sido muy fuerte, porque a sus 30 años, Palermo, hijo de un famoso magistrado de Roma ya jubilado, es hoy todo un mito. A él se debe la investigación más importante en el campo del tráfico internacional de drogas y armas, en el cual había llegado a presumir conexiones ilícitas con algunas fuerzas políticas, concretamente, dentro del partido socialista. Había, por ejemplo, dado orden incluso de registrar el despacho del diputado socialista Paolo Pillittieri, cuñado de Bettino Craxi, presidente del Gobierno, y había enviado también todo un informe a la comisión parlamentaria encargada de proceder contra los políticos.

Traslado a Sicilia

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Por haber metido en la cárcel a los abogados de dos de sus imputados y por haber investigado sobre posibles delitos de algunos socialistas sin haber advertido al presidente del Gobierno, Palermo fue acusado ante el Consejo Superior de la Magistratura, quien acabó quitándole de sus manos la famosa investigación, trasladándola al tribunal de Venecia. El juez Palermo pidió el traslado a la ciudad siciliana de Trapani para sustituir al magistrado Antonio Costa, detenido acusado de mafioso. Se encuentra en curso una causa contra él promovida por Bettino Craxi. Pero ayer, ante el grave atentado, ha sido precisamente el presidente del Gobierno quien ha pronunciado las palabras más duras de condena y ha prometido solemnemente, ante la opinión pública, que "los culpables no quedarán sin castigo".

Palermo ha dicho, desde el hospital donde le han diagnosticado rotura del tobillo izquierdo, que al llegar a Trapani había recibido ya muchas amenazas, y añadió: "Seguiré actuando como siempre. Cuando pedí el traslado a esta ciudad sabía muy bien lo que podía esperarme".

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