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El Gobierno de Margaret Thatcher, contrario a la venta de bebidas alcohólicas en los campos británicos

La primera ministra Margaret Thatcher ha dado un plazo de seis semanas a los máximos dirigentes del fútbol británico para proponer acciones concretas destinadas a terminar con la violencia en los campos de fútbol, calificada en varias ocasiones por portavoces oficiales como "una vergüenza para el Reino Unido". Su Gobierno, por de pronto, es contrario a la venta de bebidas alcohólicas en los campos. Aunque en España la violencia de los hinchas nunca alcanzó el nivel británico, el presidente de la Federación Española de Fútbol, José Luis Roca, se entrevistó con el ministro del Interior, José Barrionuevo, para este mismo problema.

Margaret Thatcher, cuyo Gobierno fue elegido con un programa electoral en el que el tema de la ley y el orden figuraba como una de las prioridades principales, ha amenazado con la intervención del Gobierno si las autoridades futbolísticas del país no toman serias medidas. Y para demostrar que la Administración conservadora habla en serio, el secretarioo del Interior, Leon Brittan, ha anunciado que el Gobierno enviará inmediatamente legislación al Parlamento para prohibir la entrada y venta de alcohol en los campos de fútbol de Inglaterra y Gales. La Federación Escocesa de Fútbol hace tiempo que prohibió el alcohol en los campos bajo jurisdicción, con el resultado de que la violencia, en tiempo famoso de Escocia, ha desaparecido prácticamente de los campos de fútbol de aquella región.

Brittan anunció la decisión del Gobiernoo después de una reunión del gabinete de guerra nombrado por Thatcher para abordar este tema, celebrada en el número 10 de Downing Street, bajo la presidencia de la propia primera ministra. La prohibición de la venta y entrada de alcohol será aplicada en un principio a los clubes en cuyos campos se hayan registrado incidentes serios, como los del pasado mes entre el Chelsea y el Sunderland y el Luton y el Millwall.

En la misma reunión, se estableció un plan de seis puntos sobre los que las autoridades federativas tendrán que informar al Gobierno en el plazo de seis semanas establecido por la señora Thatcher. Estos puntos se refieren al establecimiento' de mejores alambradas de separación entre el público y el terreno de juego, la instalación de circuitos cerrados de televisión en los campos de primera y segunda división, un aumento de los partidos en los que el taquillaje se vende por anticipado para hacer imposible la venta de entradas en las taquillas de los estadios y la creación de "recintos familiares" dentro de los campos de fútbol.

Bert Millichip, presidente de la Football Asociation, manifestó que el mensaje de la primera ministra había sido muy claro. "O el fútbol empieza a preocuparse por sí mismo o nosotros lo haremos por él", fue el contenido del mensaje. Millichip añadió que el Gobierno había prometido, además de una ley prohibiendo el alcohol en los campos de fútbol, unas acciones policiales más duras contra los gamberros, así como sentencias también más duras por parte de los tribunales.

El Gobierno ha ofrecido créditos especiales a los clubes para las obras de acondicionamiento que sean necesarias, así como para la instalación de circuitos cerrados de televisión, con el fin de identificar inmediatamente a los causantes de cualquier disturbio.

A la reunión en la residencia oficial de la primera ministra asistieron, además de la señora Thatcher y Millichip, el secretario del Interior, Leon Brittan; el de Medio Ambiente, Patrick Jenidn; el ministro de Deportes (el título de ministro en el Reino Unido tiene menos categoría que el de secretario de Estado), Neil Macfarlane, y representantes del Foreign Office y del Departamento de Transportes, por parte del Gobierno.

Por el mundo del fútbol estuvieron representados el secretarioo de la Football Asociation, Ted Croker, y el presidente y el secretario de la Folotball League, Jack Dunnet y Graham Kelly, respectivamente.

Barrionuevo-Roca

El presidente de la Federación Española de Fútbol, José Luis Roca, se entrevistó ayer con el ministro del Interior, José Barrionuevo, para tratar también la violencia creciente alrededor de los partidos de fútbol. Roca, tras la entrevista de media hora, manifestó a Efe: "Aunque comprendemos que llevar vigilancia a todas partes a todos los sitios es una situación poco menos que imposible, Barrionuevo se ha comprometido a realizar un llamamiento a todos los gobernadores civiles para intentar evitar estos problemas".

"De todas formas", añadió, "nuestra inquietud se dirige a evitar las agresiones que sufren los árbitros".

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