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Segunda avería de un 727 de Iberia en cuatro días

El Boeing 727 de la compañía Iberia Acueducto de Segovia, que iba a realizar el vuelo 885, Amsterdam-Barcelona-Alicante, no pudo despegar el pasado domingo de la ciudad holandesa por una avería en el motor de su turbina izquierda, según pudo comprobar este periódico de fuentes de la propia compañía aérea. Esta es la segunda vez en cuatro días que este mismo aparato no puede despegar por avería mecánica. El jueves pasado el mismo avión no pudo salir del aeropuerto de Barajas por un fallo en los motores de la turbina central. Desde el jueves hasta el domingo, en que sufrió su segunda avería, el aparato realizó sus vuelos habituales.

Barcelona / Madrid Según fuentes de la compañía Iberia, el Acueducto de Segovia, que tenía prevista su salida de Amsterdam a las 13.30 horas del domingo, no pudo despegar del aeropuerto holandés al detectar el comandante del aparato un fallo en la temperatura de los gases de la turbina izquierda. El comandante detectó el fallo cuando se dirigía hacia la cabecera de pista. Hizo varias pruebas y, al observar que el avión no respondía normalmente, decidió no despegar y revisar el aparato.Uno de los mecánicos del aeropuerto de Amsterdam comprobó que se trataba de una avería en la citada turbina. Al no encontrarse la pieza de repuesto en Amsterdam, ya que las líneas aéreas holandesas -KLM- no usan el Boieng-727, se canceló el vuelo y se solicitó un nuevo aparato a Madrid.

Otro avión de Iberia, que no pudo tomar pasajeros en Copenhague debido a una huelga en el aeropuerto danés, se dirigió a Amsterdam y recogió a parte del pasaje.

Según manifestó a este periódico uno de los pasajeros, que tiene el título de piloto, cuando el avión había empezado a rodar y por la megafonía interior ya se había anunciado a las azafatas que se iba a proceder al "despegue inmediato", el piloto sacó motor, frenó y condujo el aparato hasta el aparcamiento. Los pasajeros fueron informados de que, por un problema técnico, el despegue se retrasaría unos 15 minutos. Más tarde se les dijo que debían recoger sus pertenencias y desembarcar.

Más tarde los técnicos revisaban la turbina izquierda del aparato (el 727 tiene tres motores). El avión fue remolcado más tarde a uno de los hangares de la compañía KLM. En la sala de espera del aeropuerto holandés, un empleado de la compañía Iberia comentó que "suponía" que podrían partir a lo largo de la tarde y que habían pedido a Madrid que enviara un nuevo avión.

Un nuevo 727, el Ciudad de Zaragoza, llegó a Amsterdam a las 18.45 horas, despegando unos 20 minutos después. El avión llegó a Barcelona a las 21.05 horas. Teóricamente el vuelo IB-885 tenía prevista su llegada a esta ciudad a las 15.30 horas.

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Al margen de los problemas técnicos, pasajeros de este vuelo relataron otras incidencias ocurridas desde que iniciaron el viaje. Para empezar, hubo un error al anunciar la puerta de embarque; más tarde los pasajeros descubrieron que había tarjetas de embarque duplicadas, por lo que de nada sirvieron las reservas y hubieron de acomodarse donde pudieron. En el Ciudad de Zaragoza hacía tanto frío que varios pasajeros reclamaron mantas para taparse.

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