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Decenas de millares de personas participaron en la marcha de contra la base de Torrejón y por la salida de la OTAN

Rocío García

Varias decenas de miles de personas -100.000 según los organizadores- asistieron ayer en Madrid a la V Marcha a Torrejón, en petición del desmantelamiento de las bases, la salida de España de la Alianza Atlántica y por un referéndum "claro y ya". La oposición y el rechazo a la visita a España, el próximo mes de mayo, del presidente norteamericano Ronald Reagan y la neutralidad de nuestro país centraron los lemas de las pancartas y gritos coreados a lo largo del recorrido de la manifestación, que fue controlada por un imponente dispositivo policial.

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La marcha, organizada por la Comisión Anti-OTAN y secundada por distintos partidos de izquierda y diversas organizaciones, salió a las 10.45 horas del barrio madrileño de Canillejas y finalizó, tras recorrer doce kilómetros, a las 14.45 horas a la plaza del Ayuntamiento de Torrejón, donde el filósofo Javier Sádaba leyó un comunicado, suscrito por todas las organizaciones convocantes, en el que dijo que "la presencia de bases norteamericanas en nuestro territorio es, además de una violación sistemática del derecho a nuestra propia soberanía, una permanente amenaza, máxime cuando recientes informaciones han revelado la intención de EEUU de instalar armas nucleares en nuestro territorio".En el comunicado se expresó el rechazo a la próxima visita a España de Ronald Reagan y se anunció la convocatoria de una manifestación de protesta, el día anterior a su llegada.

Precisamente el lema más coreado durante el recorrido fue dirigido preferentemente contra la próxima visita del presidente norteamericano a Madrid. Asimismo se repitieron gritos a favor de la neutralidad del Estado español y la solidaridad con los pueblos latinoamericanos. En las pancartas alusivas figuraban lemas como: Reagan non grato, Reagan al cielo como Carrero. Asimismo se vendían unas camisetas, en las que aparecía el rostro del presidente norteamericano con un tiro en la sien.

La cabecera de la manifestación, con una pancarta con el lema Neutralidad. OTAN, no. Bases fuera. Referéndum claro y ya; estaba formada por miembros de la Comisión Anti-OTAN y un representante de cada una de las organizaciones convocantes, entre los que se encontraban Carlos Otamendi y Fernando Salas, de la Comisión Anti-OTAN; Andreu Claret, del Partido Comunista de: España (PCE); Marcelino Camacho, de Comisiones Obreras, y Javier Álvarez Dorronsoro, del Movimiento Comunista.

Intervinieron asimismo el ex comandante Luis Otero, la directora general de Medio Ambiente, Concha Saénz Laín, Ramón Tamames, presidente de la Federación Progresista y el ex diputado Fernando Sagaseta.

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La presencia socialista fue discreta. Miembros de la corriente Izquierda Socialista marcharon en la cabecera de la manifestación, aunque ni el PSOE, ni el sindicato UGT, ni las Juventudes Socialistas se habían adherido a la marcha.

La presencia socialista

Entre los socialistas presentes se encontraban Pablo Castellano, presidente de la Comisión de Justicia e Interior del Congreso; Carlos López Riaño, diputado; Manuel de la Rocha, consejero de Educación del Gobierno de Madrid; Francisca Sauquillo, senadora, y Eugenio Morales y Antonio García Santesmases, miembros destacados de la corriente Izquierda Socialista.

En relación con la no adhesión de organizaciones socialistas a la manifestación, el diputado Pablo Castellano señaló que existe una cierta cautela o reserva por parte de organizaciones que respaldan al Gobierno para no asistir a este tipo de manifestaciones, "pero ahí hay un error, porque yo puedo estar en contra de una determinada decisión del Gobierno actual, pero respaldando su política global".

Los organizadores se mostraron optimistas del número de personas asistentes a la marcha y del desarrollo de la misma. El portavoz de la Comisión Anti-OTAN, Carlos Otamendi, señaló que la manifestación supone "el fracaso del proyecto del Gobierno y su intento de cambiar la opinión pública". En opinión de Carlos Otamendi, el éxito de la marcha se debe en parte "al conocimiento de la postura pro-OTAN del Gobierno y ante la próxima visita de Reagan a Madrid". "El pueblo español no le muestra sólo en contra de la OTAN, sino a favor de la neutralidad del pueblo español" afirmó Otamendi.

El ambiente de la marcha tuvo en todo momento un claro signo festivo, con profusión de zancudos, cabezudos y muñecos disfrazados al estilo norteamericano, a lo que contribuyó en alguna manera el buen tiempo reinante. Los besos y, abrazos de dos cabezudos que parodiaban al presidente norteamericano Ronald Reagan y al presidente del Gobierno español, Felipe González, eran acogidos con aplausos y grandes muestras de entusiasmo.

Los dos focos de atracción y popular estuvieron centrados en la cabecera de la manifestación y en la presencia de Pepa Flores, Marisol, quien, junto con Ignacio Gallego, marcharon detrás de la pancarta del Partido Comunista.

Dos centenares de personas -en su mayoría jóvenes- se concentraron, una vez finalizada la marcha, en los alrededores de la base de utilización conjunta hispano-norteamericana, que se encontraba, fuertemente custodiada por fuerzas de la Policía Nacional, sin que se registrara ningún incidente.

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