El lento aumento de las reservas

La banca privada nacional ha puesto mecanismos en marcha para tratar de adaptarse a la nueva regulación del coeficiente de recursos propios. Una vez que las compañías de seguros han quedado fuera de lo que se considera grupo bancario consolidable se han producido importantes ventas de inmuebles, hasta ahora propiedad de los bancos, hacia sus compañías de seguros para descargar el inmovilizado de las entidades y poder tener posiciones mejores a la hora de cubrir el coeficiente.Otro tanto se ha hecho con algunos paquetes de acciones que mantenían compañías del grupo bancario y que ahora están en las carteras de las sociedades de seguros. Al menos un banco se ha decidido a dar el paso de poner en circulación deuda subordinada -emisiones a largo plazo con un tipo de interés fijo- y cuya exigibilidad se coloca justo por delante de los accionistas.

El necesario aumento de los recursos propios de las entidades para poder cubrir los coeficientes sólo puede venir por tres vías: ampliaciones de capital, difíciles de realizar en la actualidad si se quiere que haya un desembolso real de dinero por parte de los suscriptores; mayores dotaciones de reservas, con merma de los excedentes generados que de otra forma podrían repartirse como dividendo a los accionistas, y la nueva modalidad de emitir deuda subordinada.

El aumento de reservas para que sea efectivo tendrá que ser siempre superior, en porcentaje, a lo que crezca el balance de las entidades, porque de otra forma el crecimiento de los recursos propios será negativo aunque aumenten en valores absolutos.

Éste es un problema importante para las cajas de ahorro, que, al no tener capital, no pueden utilizar la vía de las ampliaciones para solucionar sus problemas de recursos propios. Por otro lado, la utilización de la fórmula de la deuda subordinada es limitada, ya que este tipo de recurso propio no puede significar sino una parte "minoritaria dentro del conjunto", como señala el borrador del reglamento que se está discutiendo.