La variante del rugby delicado.
La mujer se incorpora paulatinamente a la práctica de deportes tradicionalmente reservados al hombre. Determinados intentos, sin embargo, no parecen demasiado afortunados. Por ejemplo, el del rugby femenino, que ayer volvió a tener carta de naturaleza en Getafe, como el año pasado. El fisico tiene una importancia diferencial fundamental a la hora de hacer ciertos ejercicios, y la mujer no está hecha para sufrir los placajes del deporte del balón ovalado. Quizá por eso, en la imagen, una jugadora del Arquitectura es sujetada por dos rivales del CEU por una pierna y un brazo en vez de por el cuerpo (pecho, cintura o caderas). Las mujeres podrán tener su habilidad: correr, jugar con la mano y patear el balón, pero en los contactos harán otra cosa. Desde luego, no rugby en la jugada clave de este deporte, que evita el individualismo al obligar a soltar el balón y jugar en equipo con el compañero.
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