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Un día para el consumidor

De la cooperativa de Rochadale al discurso de Kennedy

El pasado día 15 de marzo se celebró el Día Mundial de los Derechos del Consumidor. Esta evocación parte de otro 15 de marzo del año 1962, cuando el presidente norteamericano J. F. Kennedy, en un mensaje al Congreso, lanzaba la idea de que "consumidores somos todos", y enumeraba lo que él consideraba derechos básicos del consumidor: derecho a la salud, a ser informado, a elegir y a ser oído. Era la primera vez que se hablaba de derechos del consumidor. Y se hacía en Norteamérica, modelo de sociedad de consumo. El día del consumidor empezó así oficialmente. Sin embargo, la primera forma asociativa de consumidores había nacido mucho antes, en 1844; era una pequeña cooperativa de consumo en Roclidale, en un pueblecito del Reino Unido.En 1973, el Consejo de Europa redactaba los cinco derechos del consumidor que, en adelante, serían el esquema que encuadrará todas las acciones que se orienten hacia su defensa. Estos derechos son:

- Derecho a la salud y a la seguridad.

- Derecho a la protección de los intereses económicos.

- Derecho a la reparación e indemnización de los daños sufridos.

- Derecho a la información y a la educación.

- Derecho a la representación y a opinar en las decisiones que le afecten.

La CEE asumió estos derechos y en 1975 elaboró un primer programa de actividades y normativas para que se desarrollaran. En 1981 diseñé el segundo programa que ya se está en funcionamiento.

En España, la Constitución los recoge en el artículo 51 y fuerza a los poderes públicos para que los promuevan y fomenten.

Un desarrollo de este principio constitucional es la ley general para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, del 19 de julio de 1984. Así se reconoce en su exposición de motivos y en el primer artículo.

El capítulo segundo de la ley regula la protección de la salud y seguridad. Esto lo concreta de diversas maneras; una de ellas es que todo producto que lleve sustancias tóxicas lo debe indicar claramente y prevenir del riesgo de su manipulación. Bien, pues recientemente se han descubierto en el mercado unos rotuladores tóxicos, marca Outliner, algunos de los cuales, sólo algunos, advierten en su etiqueta: "Peligro. Contiene xileno; puede ser perjudicial o fatal si se ingiere. Manténgase fuera del alcance de los niños". La información es perfecta, si estuviera en castellano. Pero resulta que está en inglés.

El capítulo tercero regula la protección de los intereses económicos; sin embargo, la práctica (¿picaresca?) no siempre responde a estos criterios. Por ejemplo, en un taller mecánico se regulan los faros de un coche. Los dejan altos y deslumbran. Aprovechando un cercano cambio de aceite en el mismo taller, se pide que se vuelvan a regular. Se hace, y en la factura no aparece, lógicamente, esta segunda regulación. Pero el tiempo de mano de obra dedicado a ello se cobra, pues el operario ficha su hoja una vez que acaba con el coche.

En cuanto al derecho a la información, es patente la ausencia de canales informativos especializados para el consumidor. También se reconoce el derecho a la participación y consulta. Lo más deslumbrante, por contradictorio, es la reciente polémica de la ley general de Sanidad. De ella todos han opinado y, algunos han pactado más que otros: las organizaciones médicas, los sindicatos, etcétera. Todos menos los usuarios. Parecería como si lo fundamental de la reforma sanitaria, lo polémico, fueran las incompatibilidades de los médicos y, en consecuencia, sus ingresos económicos. Mientras, el usuario permanece callado, pues ya está acostumbrado a esperar en las salas de los ambulatorios.

El artículo séptimo toca un tema precioso: las situaciones de inferioridad e indefensión del consumidor. También están reguladas con el objeto de, equilibrarlas. Pero, hace tan sólo unos días, observamos que el último recibo de la luz aparece más bajo de lo normal, como lectura estimada. Al contrario que otros meses, que también fueron estimadas y tuvieron que devolver dinero por lo alto que estimaban. Las malas mentes piensan que, como el gasto real se cobrará el próximo mes con las nuevas tarifas, más caras, este mes se ha estimado por lo bajo. Son las cosas de la inercia.

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