La niebla oculta la luz que brilla en el semáforo

Basta con que se anuncie una reunión entre los presidentes de las compañías eléctricas y el subgobernador del Banco de España, con el fin de analizar los problemas del sector, para que algunos operadores encuentren una señal de luz verde y se anime el corro. Bien es cierto que el semáforo no brillaba con demasiada intensidad ante tanta niebla en la carretera. Pero cuando la actitud del fondo del mercado es positiva sólo basta una insinuación para que los ánimos se recuperen un poco.Estas empresas parecen preocupadas por la situación que atraviesan sus acciones en bolsa, aunque las incansables lenguas viperinas comentan que a lo largo de estas jornadas las compañías han evitado intervenir en el mercado dejando que el goteo a la baja afectara casi diariamente al sector. La razón de esta tranquilidad, prosiguen, sólo puede deberse al deseo de presionar a la Administración con un objetivo concreto. Dado lo hermético del asunto, en el que ninguna filtración ha llegado a la Prensa, lo que se pretenda no debe ser demasiado popular. ¿Alguna revisión de las tarifas, a pesar de que alguna sociedad ya afirmó que la subida acordada se ajustaba a lo pactado previamente?

El caso es que ayer, excepto Hidrola, las demás sociedades han recuperado algo su cotización o bien se han mantenido al nivel precedente, invirtiendo la tendencia a la baja que registraba el índice general. No son pocos los analistas que consideran que la reacción se debe más que nada al atractivo que están adquiriendo estos valores después de varias jornadas de rebajas. Sin embargo, la incertidumbre sobre la política de reparto de dividendos para el presente y el próximo ejercicio pesa como una losa en la marcha del sector. Ésta es, en definitiva, la llave del futuro comportamiento eléctrico.

La inestabilidad del mercado, por consiguiente, debería continuar en las siguientes jornadas, ya que no hay nada nuevo que permita esperar cambios positivos. La evolución a la baja de los tipos en los pagarés del Tesoro (en la subasta de ayer descendieron 0,30 puntos) es considerada como algo simbólica y los expertos piensan que esta tendencia a la baja encontrará su -punto de equilibrio en poco tiempo. Esa incertidumbre sobre la futura retribución al dinero no favorece la evolución bursátil.

Los volúmenes de contratación volvieron a disminuir el miércoles y se situaron en 1.470,7 millones de pesetas efectivas, lo que confirma el poco negocio que se realiza y consiguientemente la resistencia del mercado a bajar en serio, ya que en esta situación de apatía la falta de papel es la mejor razón para explicar el suave goteo en los cambios en lugar de sufrir mayores y más rotundas caídas.

No parece muy previsible que se puedan esperar demasiadas cosas de la bolsa mientras el sector eléctrico mantenga sus interrogantes y la banca no termine por despertar el interés de los ahorradores. La apatía, a no ser que ocurra algún acontecimiento de claro signo positivo, bien podría mantenerse hasta las vacaciones de Pascua o, en el mejor de los casos, hasta la finalización de la actual ampliación de capital de Telefónica.