La estrecha línea
Hay una canción de un extraordinario grupo inglés de musica pop, The Pretenders, que se titula Thin fine between love and hate, algo así como la estrecha línea entre el amor y el odio. Trasladándonos al tema que nos ocupa, podríamos establecer una cierta similitud y hablar de la estrecha línea que separa al éxito del fracaso.Amor y odio, éxito y fracaso, son términos o conceptos que en una primera lectura pueden parecer antagónicos pero en realidad se entremezclan y, en muchas ocasiones, es difícil establecer -si es que existe-, esa estrecha línea que teóricamente los separa.
Después de los partidos que se van a celebrar esta tarde-noche, existen dos posibilidades: una, que nos clasifiquemos para la final y la otra, claro está, es la triste espera de otra oportunidad para colocarnos en el máximo acontecimiento europeo de clubes.
De la primera posibilidad no hay mucho que decir. La evidencia del éxito es total. Pero la duda aparece en el caso -bastante probable, no vamos a negarlo-, de que los tres equipos implicados en este apasionante final de liguilla ganen sus respectivos partidos, lo que supondría nuestra eliminación.
¿Se puede hablar de fracaso de un equipo que ha ganado siete de sus 10 partidos, -siempre partimos de la base de una victoria sobre el Banco di Roma-, la mayoría con cierta claridad y desarrollando un juego de una calidad que creo, sinceramente, no ha sido alcanzada por ningún otro equipo, excepción hecha, quizás, del Cibona?.
¿Se puede hablar de éxito cuando no se logra el fin primordial que es el de llegar a la final?.
En este bendito país somos particularmente proclives a radicalizar opiniones (el muy bien también está separado por una estrecha línea del muy mal), pero esta situación demuestra una vez más que el espectro de valoraciones cualitativas no puede reducirse únicamente al muy bien, muy mal, o al éxito y fracaso. Existen muchos puntos intermedios.
Lo único absolutamente cierto es que tanto los componentes del equipo como nuestros seguidores -más bien sufridores- hemos hecho, y creo que con acierto, todo lo que hemos podido. Que se vea recompensado con el éxito total -la final- es algo que, desgraciadamente, ya no está únicamente en nuestras manos.
Si no lo hemos logrado después de todo lo acontecido en estas jornadas pienso que no sería justo,, pero la justicia, como el amor, el odio, el éxito y el fracaso, no siempre la recibe el que más lo merece.
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