Nuevos actos de violencia 'ultra' en Valladolid
Dos cócteles motolov fueron lanzados en la madrugada de ayer en Valladolid contra un café frecuentado por ecologistas y pacifistas. Este hecho, en el que no hubo daños personales, se produce dos días después del atentado contra la sede de UGT (unos desconocidos causaron una explosión que provocó daños materiales) y horas más tarde de que una falsa bomba obligara a desalojar la emisora Radio Valladolid y el diario El Norte de Castilla. Todos los indicios apuntan a una nueva actuación de la violencia ultraderechista tras varios años en los que parecía aletargada. Valladolid fue uno de los focos de las acciones ultras durante la transición democrática.A todos estos hechos hay que sumar las veladas amenazas realizadas por miembros de la extrema derecha contra estudiantes y periodistas durante los últimos conflictos en la universidad.
Las bombas arrojadas en la madrugada de ayer contra el café Minotauro, situado en una zona céntrica, no llegaron a penetrar en el establecimiento. Ambas se estrellaron en un saliente de las ventanas y cayeron a la acera. Únicamente produjeron una gran mancha negra en la fachada y rotura de cristales. Sin embargo, lo que preocupa en numerosos ambientes de la ciudad no son los daños materiales, sino el que la extrema derecha vuelva a realizar actos violentos contra lugares que califica como "nidos de rojos". En el Minotauro se celebraron unas jornadas pacifistas coincidiendo con la semana de las Fuerzas Armadas que se celebró en mayo de 1984 en Valladolid.
Desde entonces han sido frecuentes las pintadas, los anuncios escritos en la fachada e incluso amenazas verbales realizadas contra este establecimiento por alumnos de un colegio situado enfrente. Estos jóvenes suelen acudir a pubs situados en las cercanías, algunos de los cuales son considerados como punto de reunión de los ultraderechistas. En esta zona fue precisamente donde hace meses un grupo de extrema derecha agredió a personas que regresaban de una manifestación para pedir la salida de España de la OTAN.
Entonces se atisbó un leve resurgir de los ultras, confirmado más adelante con provocaciones y fanfarronerías en lugares públicos.
