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Palazón se cree víctima de "una condena pública de diplomáticos y aristócratas"

Francisco José Palazón Español, principal inculpado en la evasión de capitales a Suiza, cree que el caso ha adquirido tanta notoriedad porque en él "se han visto implicados dos sectores importantes de la vida española, la alta sociedad y los diplomáticos". "Ha sido", afirma, "corno una especie de condena pública hacia estos dos sectores". Palazón estima que ha sido utilizado como "cabeza de turco o cortina de humo, por parte de algunos políticos, para distraer la atención de otros temas que preocupaban a la opinión pública en esos momentos".Así lo ha manifestado este fin de semana en Zaragoza, ciudad a la que llegó el viernes directamente desde la cárcel de Carabanchel (Madrid) para visitar a su padre, de 83 años, que se encuentra enfermo en el hospital militar.

En unas declaraciones realizadas a este periódico en la casa de sus padres en Zaragoza la noche del sábado, Palazón manifestó: "Estoy seguro de que ha habido otras evasiones de capital mucho más importantes; no hay más que ir al juzgado de delitos monetarios; según me ha dicho mi abogado, hay pendiente de juicio un caso de 6.000 millones de pesetas".

En un principio se habló de que habían sido 2.000 millones los evadidos, y ahora, según consta en el auto de libertad bajo fianza de 60 millones de pesetas, "sólo quedan por esclarecer unos 200 millones de pesetas, que puedo y quiero aclarar ante el juez", afirma Palazón.

El diplomático regresó ayer a Madrid para comenzar a recoger la documentación necesaria y poder presentar testigos que demuestren su inocencia. También tratará de averiguar lo que ha pasado con sus empresas en Ginebra -solicitará permiso al juez para viajar a Suiza y "ver cómo está aquello"y en España. "Esto ha sido un golpe de muerte, se ha producido un daño irreparable; al airearse el caso habrán retirado los capitales. Algo irreparable".

Palazón dirigía desde Suiza, "a control remoto", varias sociedades financieras en España, y manejaba capitales en Ginebra, "capitales legales y que algunos llevan allí desde 1920. Yo era un simple administrador, el apoderado". Considera que todo esto afectará a su economía, por lo que ha solicitado el reingreso en la carrera diplomática, a lo que tiene derecho.

Francisco Javier Palazón no cree que prospere el recurso presentado por el fiscal contra su puesta en libertad bajo fianza.

Considera correcto el auto judicial que le ha puesto en libertad. "Está fundamentado", afirma, "en que en la prisión, sin documentación poco podía hacer para probar mi inocencia. Soy más útil para esclarecer los hechos fuera que dentro. Ha tenido también en cuenta las razones humanitarias que me han traído a Zaragoza, que no creo sean cuestionadas por el fiscal, y, al parecer, todo el peligro está en el riesgo de que yo me pueda fugar al extranjero".

Palazón confirmó que fue él quien llamó al catedrático García de Enterría "para que pudiera defenderme, porque es una persona amiga mía y un buen abogado. Quiero creer que él fue el primer sorprendido al advertir que estaba implicado en el tema".

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