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Reagan pide a sus negociadores que sean "firmes y pacientes" con la delegación soviética en Ginebra

Francisco G. Basterra

El presidente Ronald Reagan envió ayer a Ginebra la delegación norteamericana que negociará con los soviéticos a partir del próximo martes la reducción de todo tipo de armas nucleares, con el consejo de ser "firmes y pacientes", pero también "comprensivos" con las posiciones de Moscú. Las instrucciones recibidas por el equipo negociador son amplias y flexibles y persiguen fundamentalmente lograr una reducción significativa de los cohetes estratégicos de las dos superpotencias y hacer comprender a Moscú que a finales de siglo será necesario pasar de una estrategia nuclear ofensiva a otra defensiva.

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Las negociaciones, que serán "largas y difíciles" según el presidente, se dividirán en tres cestos, en los que se discutirán los cohetes estratégicos (de alcance intercontinental), los euromisiles o INF (fuerzas nucleares intermedias) y la defensa en el espacio.La delegación de EE UU dirigida por Max Kampelman, que fue el delegado norteamericano en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, celebrada en Madrid, tiene instrucciones para acceder a una eventual disminución del número de euromisiles que deben ser desplegados en Europa. El consejero de seguridad nacional, Robert McFarlane, anunció ayer que quizá no se instalen los 572 Pershing 2 y Cruceros previstos y sugirió que la reducción podría afectar a los primeros. McFarlane dijo que las órdenes dan flexibilidad para llegar a un acuerdo que vaya desde el despliegue de cero euromisiles a 572, en un contexto que incluya, asimismo, a los bombarderos en Europa.

Del ataque a la defensa

McFarlante sugirió que EE UU estaría de acuerdo en discutir con la URSS el ritmo en que debe avanzarse en el polémico sistema de defensa espacial, conocido popularmente como guerra de las galaxias. Washington está dispuesto a negociar los plazos, pero no el concepto estratégico en sí, que Reagan cree que puede servir en el futuro para convertir en obsoletas a las armas nucleares. McFarlane explicó a los periodistas en la Casa Blanca que el primer objetivo de las negociaciones es que Moscú entienda el cambio de una filosofía ofensiva a otra defensiva.

Sin este entendimiento filosófico, precisó, será imposible entrar en negociaciones detalladas. La iniciativa de defensa estratégica (SDI) del presidente Reagan supone una revolución en la estrategía de disuasión nuclear, que ha asegurado la paz desde la segunda guerra mundial. Se trata de pasar, mediante un período de transición de unos 10 años, de la actual estrategia que asegura el equilibrio mediante la seguridad de la destrucción mutua asegurada (MAD), a la la defensa en el espacio que garantizaría la seguridad mutua.

VIadimir Scherbitsky, miembro del Politburó, aseguró el jueves al presidente norteamericano en la Casa Blanca que la URSS responderá a su plan de defensa en el espacio con medidas militares "ofensivas y defensivas". Moscú ha amenazado con bloquear cualquier acuerdo en armas estratégicas o de alcance intermedio si Reagan no renuncia a la SDI. Washington acepta la existencia de una interrelación entre los distintos cestos, pero entiende que no es necesario avanzar en todos los sistemas a la vez.

Reagan explicó ayer a sus negociadores que el acuerdo sobre una reducción "significativa" de los grandes misiles intercontinentales (START) debe ser verificable, equitativo y conducir a una mayor estabilidad estratégica. Washington accedería a negociar una reducción del número de sus bombarderos estratégicos (sector en que es superior a la URSS) si Moscú acepta recortar su arsenal de cohetes estratégicos instalados en tierra, arma en la que tiene superioridad. Los ICBM y los bombarderos pesados serían fimitados bajo un techo común, pero incluso Washington permitiría una ventaja de la URSS en misiles estratégicos. El objetivo norteamericano para las negociaciones START es "encontrarse con la URSS a medio camino".

Otro de los objetivos que persiguen los norteamericanos en Ginebra es detener la erosión del tratado de misiles antibalísticos (ABM) firmado por las superpotencias en 1972 y que limita la posibilidad de construir defensas contra ataque nucleares. EE UU ha denunciado repetidas violaciones de este tratado por la URSS. Por su parte, Moscú asegura que la guerra de las galaxias viola el ABM.

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