Polémica en Holanda por el nombramiento de un obispo conservador

El nombramiento, el mes pasado, del ultraconservador Johannes Ter Schure como obispo de la diócesis de Den Bosch, la mayor de Holanda -a pocos meses de la prevista visita del papa Juan Pablo II a este país- ha provocado una dura controversia a todos los niveles jerárquicos de la Iglesia católica de los Países Bajos, agudizando las dimisiones entre los sectores conservador y liberal.La Iglesia de los Países Bajos, donde los católicos constituyen más de un 40% de la p oblación, ha mantenido, desde hace tiempo, una fuerte tendencia liberal. Tal vez por esto, el Vaticano ha tratado en estos últimos tiempos de contrarrestar esta inclinación con el nombramiento de obispos conservadores, incluido el presidente de la Conferencia Episcopal, Adrianus Simonis, arzobispo de Utrecht

Los nombramientos conflictivos comenzaron a finales de la década de los años sesenta, cuando los católicos radicales empezaron a discutir temas tan delicados como el celibato de los clérigos, la prohibición de los anticonceptivos o el ordenamiento sacerdotal de las mujeres y de los casados. Simonis, por ejemplo, al poco de acceder a la sede de Utrecht en 1983, prohibió que los laicos dieran la comunión en las iglesias.

Los sectores liberales se quejan de que estas prohibiciones molestan a mucha gente, y ponen como ejemplo las reglas dictadas por el obispo de Roermond, Johannes Gijsen. El año pasado, en una carta pastoral, Gijsen declaraba que los homosexuales, divorciados, parejas que vivían sin casarse y evasores de impuestos debían ser excluidos de la comunión. Los liberales añaden que, hasta el mes pasado, el recién nombrado obispo de Den Bosch, Ter Schure, era el auxiliar de la sede de Roermond.

Las protestas contra Ter Schure han llegado hasta el punto de que numerosos párrocos se han reunido para redactar y enviar una carta al Papa deplorando el nombramiento, al tiempo que dos de los tres vicarios de la diócesis han presentado su dimisión antes que trabajar con el nuevo obispo. Incluso el capítulo episcopal, cuya lista de candidatos fue desechada por el Vaticano, hizo público su descontento, y una encuesta de opinión realizada en la diócesis indicó que solo un 5% de los católicos estaba de acuerdo con el nombramiento, mientras que un 49% se oponía.