Guerra intenta impedir que Yáñez pierda la presidencia del PSOE andaluz
La solución del pulso entre el vicesecretario del PSOE Alfonso Guerra y José Rodríguez de la Borbolla, secretario general del partido en Andalucía, en torno a la adjudicación de la presidencia regional, cargo de más importancia honorífica que práctica, y la posible introducción en la ejecutiva andaluza de tres hombres ajenos a la disciplina del segundo, como el resto, centra el interés del congreso de los socialistas de esta comunidad autónoma. Luis Yáñez y Antonio Ojeda son los respectivos candidatos del vicepresidente del Gobierno y del presidente de la Junta de Andalucía para dicho cargo del partido.
Alfonso Guerra era esperado anoche en Sevilla y hoy estará en el congreso. La solución de este pulso político es casi la única nota de interés de este congreso, que de no ser por ello tendría toda la apariencia de triunfalista convención electoral. La asfixia de toda crítica interna en las asambleas provinciales ha dado lugar a un congreso prácticamente sin debate.Pese a ello, se ha registrado alguna intervención de interés, como la de Cristóbal López Carvajal, delegado por la agrupación más numerosa, Jaén, que expresó su preocupación por cierto temor que ha detectado en el partido a hacer crítica por miedo a represalias. En la primera jornada se aprobó la gestión de la ejecutiva saliente con el voto favorable de todos los delegados.
La jornada de ayer se consumió en el trabajo de las comisiones, entre las que cabía destacar cierto debate en la que discutía la política institucional. En este apartado, Miguel Ángel Pino, presidente de la Diputación de Sevilla, objetó la línea adoptada por el partido de duplicar la Administración con la creación de un aparato autonómico en las provincias que suplanta las competencias que el Estatuto define, en su artículo 4.4, que él juzga propias de las diputaciones provinciales. De hecho, esta suplantación de las funciones de los organismos provinciales ha sido puesta en marcha por la Junta desde hace algunos meses.
Pero el interés de fondo estaba en la expectativa ante lo que pueda ocurrir en la jornada de hoy, a la que asistirá Alfonso Guerra. Éste ha hecho saber que desea que Luis Yáñez siga como presidente regional. Rodríguez de la Borbolla ha anunciado, a su vez, su deseo de colocar en este puesto al presidente del Parlamento regional, Antonio Ojeda, al tiempo que ofrece a Luis Yáñez una secretaría. Yáñez, por último, ha dejado claro que no aceptará otro puesto en la ejecutiva que no sea la presidencia. De hecho, su cargo de presidente del Instituto de Cooperación Iberoamericana parece incompatible con el desempeño de una tarea más ejecutiva, como puede ser una secretaría.
Su condición de histórico en la reconstrucción del PSOE en Sevilla le hace apto para ello. Alfonso Guerra ha sugerido a Rodríguez de la Borbolla que no toque la presidencia y que conceda a Antonio Ojeda la secretaría de política institucional. Ni Yáñez ni Ojeda parecen interesados en hacer batalla en este punto.
Otra discrepancia entre ambos dirigentes viene por el deseo de Guerra de que en la ejecutiva estén algunas personas con cierta independencia. Concretamente, hay tres nombres, todos ellos diputados a Cortes: Ramón Vargas Machuca, de Cádiz; Carlos Navarrete, de Huelva, y Alfonso Lazo, de Sevilla.
El secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, es el personaje de más relevancia nacional en el partido que ha asistido desde la primera jornada.
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