Sobre el volcán
Roberto Rossellini, después de sumergirse en el naufragio de Europa con Roma, ciudad abierta y Paisa, y sobre todo con la atroz perfección de Alemania, año cero, realizó dos filmes con nuevo rumbo: Stromboli y Francisco, juglar de Dios. Cañsado de mirar la miseria de su tiempo, Rossellini parecía volver los ojos a la eternidad, como si tras su baño de barro necesitara otro de cielo.Los críticos de izquierda hablaron, tras este giro, de una involución de Rossellini desde el compromiso social a una supuesta evasión hacia la vida íntima. En realidad, se reprochaba al cineasta su autenticidad, el hecho de ser él mismo. Por otra parte, la idea de su involución era miope: en estos filmes, líricos y en cierta manera metafisicos, hay carga subversiva, sólo que no de superficie: es una carga de profundidad.
Stromboli se rodó en medio de un penoso escándalo. Ingrid Bergman, fascinada por la personalidad de Rossellini, escribió al cineasta manifestando su deseo de trabajar con él. Éste vio una puerta abierta al éxito, pues Bergman era por entonces una de las actrices más taquilleras del mundo, y la llamó a Roma. Los directivos de la RKO aceptaron a regañadientes que el filme se rodase. Bergman llegó a Roma, se enamoró -ya estaba predispuesta- de Rossellini y se unió a él. Ambos estaban casados y tenían hijos. El acoso de los guardianes de la moral pública ensombreció el rodaje.
La isla de Stromboli, situada al norte del archipiélago de las Lipari, en el Adriático, es un albrupto y desolado cono volcánico en el que vivían un centenar de personas repartidas en aldeas. Era un marco sobrecogedor para el silencioso poema de una mujer que huye a un lugar sin tiempo para así escapar de la furiosa batalla contra el tiempo que tenía lugar en Europa.
Rossellini deseaba dar al filme una imagen de inhóspita soledad. Ideó el rodaje para ser eféctuado con un pequeño equipo y sin mirones. La RKO se encargó de que el equipo no fuese pequeño, y el escándalo de la huida de Ingrid Bergman de su hogar llenó el islote de comadres y compadres del sensacionalismo rosa y amarillo. Rossellini rodaba sin guión, lo que exaspera.ba a la RKO, y no dejaba a ningún fisgón acercarse a las tomas. Eso hizo sacar las uñas a las avanzadillas del cotilleo. Y sobre el infierno de la isla comenzó el infierno de los turbios alrededores del rodaje.
Otro infierno se incubó en la intimidad de: Rossellini y Bergman. La actriz, mimada por la fortuna, de rriodales delicados y carácter contenido, descubrió que Rossellini despreciaba a los actores y era un hombre que, bajo su aspecto apacible, escondía un carácter stromboliano, inclinado a erupciones volcánicas de desmedido orgullo y soberbia.
La actriz se sintió al mismo tiempo agredida por un director al que admiraba y por un hombre al que amaba. Y se quebró. Mediado el rodaje, los raptos de histeria abundaban dentro y fuera de la cerca de espinos que les protegía de los intrusos. Y, una vez más, Rossellini aprovechó esta quiebra de la actriz para enriquecer su personaje: Era otra Ingrid Bergman la que Rossellini estaba moldeando entre caricias y peleas.
Terminado el filme, actriz y director huyeron. Los dirigentes de la RKO vieron el filme y no les gustó. Contrataron tijeras y las amputaciones dejaron al filme reducido a un deslavazado resumen de sí mismo. La cadencia buscada se perdió, la intensidad de la silenciosa penetración en el poema y los caracteres quedó anulada.
El filme, mutilado, fracasó. Meses después se proyectó la versión íntegra en el festival de Venecia y Stromboli se convirtió -en su versión íntegra- en unclásico. En TVE han emitido ya la impresentable versión de la RKO. Según dijeron fuentes del medio, la que verernos hoy es la original, en italiano, con subtítulos. Los aficionados deben encararse con esta obra tan compleja como diricil de ver, que inició un capítulo de la historia del cine europeo.
Stromboli se emite hoy a las 22.05 por TVE-2.
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