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LA RIOJA

Cinco enfermos del psiquiátrico de Logroño han muerto atropellados en los últimos meses

Cinco personas que estaban ingresadas en el Hospital Psiquiátrico Reina Sofia, de Logroño, han resultado muertas en los últimos 12 meses al ser atropelladas, en la mayor parte de los casos cuando realizaban andando y por la noche los ocho kilómetros de distancia que separan la capital riojana del centro psiquiátrico. La mayor parte de los casos son hombres ingresados en calidad de alcohólicos crónicos. En los dos últimos fines de semana han muerto en estas condiciones dos personas internadas en el centro.

Fuentes de la Guardia Civil de Tráfico han confirmado que, en el último año, han recogido entre seis y ocho internos del Psiquiátrico, deambulando, perdidos, por la autopista A-68 en las cercanías del hospital.El pasado sábado, a las 23.30, fue atropellado en la carretera nacional 111, frente a la variante de entrada al Hospital Psiquiátrico, Julián Martínez, de 44 años, que resultó muerto en el acto. Siete días antes, en la madrugada del domingo 17 de febrero, otro interno del Psiquiátrico falleció a consecuencia de las heridas sufridas al ser arrollado por un coche cuando se encontraba andando por la carretera a unos 20 kilómetros de Logroño.

"Casi podíamos decir con bastante exactitud quiénes van a ser los próximos en caer", ha señalado un auxiliar del centro psiquiátrico. "Los que habitualmente vuelven mal por la noche, pueden tardar más o menos en caer, pero terminan siendo atropellados".

Según el director del hospital, Alberto Escudero, este problema se viene planteando desde la inauguración del centro en 1977, ya que los primeros accidentes se produjeron al poco tiempo de instalarse allí y se han venido reproduciendo periódicamente. "No somos insensibles ni ignorantes del problema", ha señalado, "pero las instalaciones no son adecuadas para el trabajo que tenemos que desarrollar".

El hospital Reina Sofía fue construido hace ocho años y funciona como un centro abierto en el que conviven los enfermos mentales con alcohólicos crónicos y ancianos que no tienen otro sitio donde estar. Está separado del centro de Logroño por ocho kilómetros de carretera recta, salida natural hacia la sierra de Cameros y hacia Soria, que registra una gran intensidad de tráfico, sobre todo los fines de semana.

Los sábados y domingos se produce también una salida masiva de los internos del hospital hacia Logroño, a través del único medio de transporte existente, que es el autobús en el que se realiza el traslado del personal. A partir de las 20.30, los que hayan perdido este único autobús de regreso se encuentran con la alternativa de volver en taxi, quedarse a dormir en Logroño (normalmente en la calle) o regresar andando de noche en precarias condiciones físicas y de lucidez mental.

"La solución al tema del transporte durante los fines de semana es el problema más urgente", según Camilo Guerrero, secretario de sanidad en la federación de servicios públicos de UGT-Rioja; "por otra parte, los alcohólicos crónicos no deberían estar en el Reina Soria mezclados, con los enfermos mentales.

Los permisos de fin de semana, al tratarse de un centro abierto de ingreso voluntario, se conceden a petición propia, excepto en el caso de castigos.

"Para impedir los accidentes", ha manifestado el director del hospital, "tendríamos que prohibir la salida del centro a aquellas personas que consideramos con mayor riesgo, pero esto -sería como condenarlos a una especie de cadena perpetua. Esta situación ya es conocida por las autoridades sanitarias, aunque una vez que están en la calle es imposible controlar si los enfermos beben o no".

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