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El heroinómano que se entregó a la policía, ingresado en Carabanchel

Amelia Castilla

Francisco Javier Albarrán, de 29 años, heroinómano acusado de cuatro robos, que se entregó de forma voluntaria a la policía el pasado día 17, ingresó el pasado domingo en la madrileña prisión de Carabanchel. El interno, que declaró a la policía en el momento de entregarse que quería someterse a una cura de desintoxicación y que acepta las responsabilidades que se deriven de sus acciones delictivas, está internado en la séptima galería del citado centro penitenciario y no recibe ningún tratamiento específico para curar su adicción a la heroína, según manifestaron ayer fuentes de la prisión.

Albarrán, padre de dos hijos, de nueve y cuatro años, afirmó en sus declaraciones en la comisaría del distrito de Tetuán. que su dependencia de la heroína le había conducido a cometer cuatro robos para conseguir dinero (ver EL PAIS de 23 de febrero). El joven, que no tenía residencia fija desde hace al menos dos años, según manifestaron fuentes familiares, consideró que la mejor salida a su situación era confesar los delitos y romper la dependencia de la heroína. Albarrán, tras permanecer durante ocho días en el juzgado, fue ingresado en la cárcel por orden judicial y sin ningún tipo de recomendación especial para ser sometido a tratamiento médico, según fuentes penitenciarias.El detenido se encuentra internado en la séptima galería, conceptuada como un departamento de grado medio, en el que se encuentran presos reincidentes y primarios. El interno recibe el mismo tratamiento que cualquier otro recluso, y hasta ayer no había solicitado ningún servicio médico o tratamiento especial para superar el mono (síndrome de abstinencia). La misma fuente precisó que desconocía que Albarrán fuera un heroinómano y que su paso al Hospital Psiquiátrico de Carabanchel, donde son internados algunos de los yonquis reclusos para ser sometidos a tratamiento, debía provenir de una orden judicial y un informe forense. "Sin orden judicial desde la prisión", afirmó, "no podemos realizar el traslado. Lo único que podemos hacer por él es facilitarle: las consultas médicas que solicité", concluyó.

Casado y con dos hijos

La esposa de Albarrán y los dos hijos viven en casa de la abuela materna, una modesta vivienda de alquiler situada en el barrio del Pilar. Fuentes familiares precisaron ayer que Albarrán, en los últimos tiempos, no residía con su familia y que "está enfermo con la droga".En alguna ocasión, Albarrán había sido sometido a tratamiento médico para tratar de curar su adicción, aunque no lo había conseguido. La familia, que no desconocía que el joven era buscado por la policía, considera positivo que se haya entregado a la justicia y que acepte las responsabilidades derivadas de sus acciones delictivas. "Nosotros no le vamos a abandonar y le llevaremos a Carabanchell toda la comida que necesite".

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