Vecinos de Ezcaray se oponen a la instalación de un cuartel militar
Un numeroso grupo de vecinos de la localidad riojana de Ezcaray se ha opuesto a la instalación de un acuartelamiento militar permanente y ha comenzado una campaña para presionar al Ayuntamiento antes de que firme un contrato con el Ministerio de Defensa por el que le cedería unos locales municipales durante 50 años.El pasado 14 de enero, unos 150 vecinos asistieron al pleno del Ayuntamiento en el que se iba a tratar sobre la concesión de locales al Ministerio de Defensa. El ambiente contrario a este proyecto hizo ver a los nueve concejales de Alianza Popular que componen el Ayuntamiento (al ser la única lista que concurrió a las pasadas eleccíones) la conveniencia de aplazar el tema.
La semana pasada, una comisión de seguimiento formada expresamente entregó en el Ayuntamiento un escrito contra el acuartelamiento militar, firmado por 824 personas, lo que representa el 61% del censo electoral.
En este escrito, dirigido al alcalde, se muestra la preocupación de los vecinos ante la incidencia del acuartelamiento sobre la vida social, económica y humana de Ezcaray. "La instalación de un acuartelamiento en nuestro pequeño núcleo urbanci", dice el escrito, "es globalmente negativa, considerando las singulares circunstancias que se dan en Ezcaray con el turismo, la industria, la ganadería, la caza, y los servicios en general".
Actualmente, Ezcaray sirve de base durante dos meses al año a un grupo de soldados pertenecientes a la división de montaña Navarra número 6. El contrato que se está negociando entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa contempla la utilización permanente de las actuales instalaciones, la Real Fábrica de Paños, como acuartelamiento militar durante un período de 50 años prorrogable.
La comarca de Ezcaray, es la zona turística más importante de la región y la única donde se ha logrado romper la estacionalidad del turismo veraniego. La mayor parte del turismo procede del País Vasco, por la facilidad de comunicaciones. Entre la gente de la zona se piensa que la situación actual marca el nivel de tolerancia, y que una mayor presencia militar podría alejar el turismo y cambiar la vida y el ambiente del pueblo.
El consejero de Industria, Comercio y Turismo de La Rioja, Emilio Pérez, ha manifestado que la presencia permanente de un cuartel tendría a corto plazo un efecto positivo sobre el comercio y la hostelería, aunque a medio o largo plazo sería negativo porque obstaculizaría la imagen turística que se pretende dar de la zona como un lugar pacífico y acogedor.
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