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La catástrofe aérea de Bilbao

El avión siniestrado volaba 300 metros por debajo de la altitud mínima de seguridad

El Boeing 727 Alhambra de Granada de Iberia siniestrado ayer en Vizcaya volaba unos 300 metros por debajo de la altitud mínima de seguridad establecida en la correspondiente carta de aproximación que manejan los pilotos para seguir las, instrucciones previas al aterrizaje en Bilbao, según confirmaron ayer fuentes de Aviación Civil, Centro de Control de Paracuellos del Jarama (Madrid) y la propia compañía propietaria del aparato. En la zona en la que se produjo el accidente, la altitud mínima de seguridad es de 4.360 pies (1.321 metros), pero el avión chocó con una antena de televisión instalada en la cumbre del monte Oitz, cuya altura es de 1.026 metros (3.386 pies). Desde el avión, no se comunicó por radio ninguna anomalía a lo largo de todo el trayecto.

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El avión, con matrícula EC-DDU, que efectuaba el vuelo IB-610, despegó de Madrid a las 08.45 horas y tenía previsto llegar al aeropuerto de Sondica (Bilbao) a las 09.35 horas, según informó Iberia. Una vez efectuado el despegue, el vuelo fue controlado por radar desde las pantallas del Centro de Control de Paracuellos del Jarama, donde el avión fue identificado con el código secundario 4673. El aparato, ya en dirección a Bilbao, se situó a una altitud de 26.000 pies (7.879 metros). A unos 100 kilómetros de Bilbao, el avión sobrevoló el radiofaro de alta frecuencia (VHF Omni Range-VOR) denominado Domingo porque se encuentra en las proximidades de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja).Al pasar por ese punto, el avión comenzó a descender, como es habitual en esos vuelos, según informó el director del Centro de Paracuellos, Victoriano Martín. Una vez que el aparato, aproximándose a Bilbao, descendió a unos 15.000 pies (4.545 metros), el avión tomó ya contacto por radio, a través de la frecuencia 120.7 megaherzios, con la torre de control del aeropuerto de Sondica, a la vez que el aparato entraba ya en una zona de imposible control por radar desde Paracuellos. Eran las 09.18 horas, según Victoriano Martín. A partir de ese momento, el único control exterior sobre el avión se realiza por radio, ya que en Sondica no se dispone de radar para la aproximación.

Desde Sondica, a las 09.25 horas, los controladores autorizaron al comandante del 727, José Luis Patiño, para que iniciara la maniobra de aproximación a través del VOR de Bilbao y del radiofaro BIL, situado a 31 kilómetros de la pista. Esta maniobra supone los siguientes pasos: 1) sobrevolar Bilbao a una altitud mínima de 7.000 pies (2.150 metros) en dirección hacia el interior de la península; 2) sobrevolar el VOR BLV, situado a unos 24 kilómetros de Sondica, a una altitud mínima de 5.000 pies (1.500 metros); y 3) dar un giro de 180º, sobre la zona de Durango y Marquina, a una altitud mínima de 4.360 pies (1.321 metros) y encaminarse directamente por la senda de planeo hacia la pista de aterrizaje.

El avión efectuó los dos primeros pasos, pero, en el momento de realizar el giro de 180º, a menor altitud que la exigida y ligeramente desviado de su ruta -ya que el monte ni siquiera está representado en la Carta de Aproximación-, chocó con la antena de Euskal Telebista instalada en el monte Oitz. A las 09.30, los controladores de Sondica llamaron por radio al avión para conocer su situación, pero no obtuvieron respuesta.

Los alerones, bajados

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Tanto el director general de Aviación Civil, Pedro Tena, como el presidente de Iberia, Carlos Espinosa de los Monteros, confirmaron ayer que, "por motivos desconocidos", el avión volaba a menor altitud que la exigida. Fuentes oficiales de Iberia aseguraron que "el avión se encontraba en perfectas condiciones" y, de hecho, recordaron que había sido revisado en profundidad el pasado mes de agosto, y que había tenido dos nuevas revisiones en diciembre y el 29 de enero. Dijeron, igualmente, que los seis últimos partes de vuelo habían quedado en blanco al no observarse ninguna anomalía.

Fuentes policiales y los propios altos cargos de Iberia no concedieron credibilidad alguna a una anónima reivindicación de atentado contra el avión por parte de ETA. "No se ha observado ningún indicio de atentado", señalaron.

En cuanto al motivo de que el avión fuera a menor altitud de la exigida, las hipótesis manejadas por pilotos y expertos de navegación aérea son tres: 1) los controladores pudieron equivocarse al transmitir al avión la presión barométrica necesaria para un correcto funcionamiento del altímetro (la presión a las 09.00 horas era de 1.025 milibares en Bilbao). En este sentido, los controladores de Bilbao "estaban totalmente tranquilos y seguros de de que lo hicieron correctamente", según comentó uno de sus superiores. 2) el piloto o el copiloto pudieron equivocarse al fijar la altura mínima en el altímetro; y 3) debido a que por la zona había algunas nubes -no en el aeropuerto, donde la visibilidad era de 4.000 metros-, el piloto pudo intentar penetrar por algún claro para dirigirse hacia el aeropueirto con visión directa a tierra.

Con respecto a la segunda hipótesis, una persona que aseguró haber hablado con técnicos que habían visto el altímetro del 727 dijo ayer que dicho sistema marcaba una cifra "próxima a los 3.000 pies" -la mínima es de 4.360-. En cuanto a la tercera hipótesis, esta misma persona dijo que, a la espera de investigaciones más profundas, parece que el aparato llevaba los alerones bajos, lo que indica que estaba descendiendo rápidamente. Desde el Centro de Control de Paracuellos y desde la torre de control de Sondica se aseguró ayer que en ningún momento se recibió ninguna llamada de alerta o de auxilio desde el avión.

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