Castellón y Tarragona aprueban el examen

R. C., El pasado año la costa mediterránea fue elegida como una de las zonas ideales para la construcción de una Disneylandia europea. Diversas regiones españolas se situaron en la línea de salida y empezaron a correr para conquistar a los norteamericanos y al Gobierno español. Algunos Gobiernos autónomos, como los de Cataluña y Valencia, intentaron negociar paralelamente con Walt Disney Productions.

Ahora, los candidatos definitivos son cuatro: Tarragona, Castellón, Valencia y Alicante. Entre ellos, el sur de Tarragona y el norte de Castellón se vislumbran ya como los dos emplazamientos que cumplen los requisitos exigidos por los norteamericanos.

Los representantes de Disney manifestaron en el momento de estudiar las propuestas españolas que el parque se construiría en un lugar de playa abierta, equidistante de Barcelona, Valencia, Madrid y Zaragoza. Walt Disney Productions explicó también que debía ubicarse cerca de un núcleo de población fijo, con afluencia turística, y cercano a la frontera.

La Costa Brava y la Costa del Sol, que parecían ser las candidatas más claras, han sido desechadas. Según fuentes ministeriales, la Costa Brava no tiene hectáreas suficientes de playa limpia, y su terreno es demasiado rocoso, mientras que la Costa del Sol no es del agrado de la compañía norteamericana por encontrarse demasiado alejada de las cuatro ciudades mencionadas.

Sólo Castellón y Tarragona han pasado las primeras pruebas. Los terrenos fértiles, con naranjos, de Valencia obligaron a suspender la candidatura de esta ciudad, por considerar que la expropiación resultaría muy cara. Alicante perdió el parque por encontrarse demasiado alejada de Barcelona. Castellón y Tarragona tienen también incovenientes, aunque no insuperables. En Tarragona, la ubicación escogida se encuentra cercana a l'Ametlla. Su inconveniente: encontrarse muy cercana a una central nuclear. En Castellón también existe un problema: el aeropuerto es muy pequeño.