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Reportaje:

Vivir bajo tierra

La Junta de Andalucía pone en marcha, en Almería, un plan de rehabilitación de 31 cuevas

En Andalucía, cerca de 35.000 personas viven en cuevas excavadas montañas, salientes, pendientes o subsuelos. De las 9.500 cuevas censadas, 8.639 están habitadas de forma permanente. Gran parte de ellas se encuentran en las provincias de Almería y Granada. La Consejería de Política Territorial de la Junta de Andalucía ha diseñado un programa de rehabilitación de infraviviendas en la zona de La Chanca, en Almería, en las cuevas de El Pecho, ocupadas mayoritariamente por una población de raza gitana.

La actual configuración de núcleos habitados en cuevas surge paralela a explosión demográfica, cuando motivos económicos desplazan personas presumiblemente ricas en agricultura a familias indigentes. El cambio, en el momento en que producen expectativas de mantenimiento de la población, quienes deciden hacer de una cueva su vivienda pertenecen a clases desfavorecidas. Es esa economía deficitaria, subterránea y escasamente fiable la que obliga a la búsqueda habitáculos baratos, a la autonstrucción de viviendas no censadas. De hecho, muchos de sus moradores tampoco lo están ni las conexiones con la red eléctrica se ajustan a la legalidad.Se trata de núcleos de carácter marginal con la vista puesta en la agricuItura como posible fuente de mantenimiento. En algunos casos asientan en la periferia de los pueblos y adquieren un carácter más urbano, y aunque se producen situaciones en las que la integración en la trama urbana es total, el estado de marginalidad respecto al resto de la población es elevado. A pesar de todo ello, es equívoco el juicio generalmente extendido de que semejante tipo de hábitat es sórdido e infrahumano.

En todo caso, la marginalidad de sus pobladores proviene de su foraneidad, por un lado, y de su pobreza, por el otro. Para el equipo de técnicos de la Consejería de política Territorial, "la marginación procede exclusivamente de los niveles de pobreza, no de la vienda". No obstante, las familias que precisan vivir de actividades económicas muy diversificadas difícilmente podrían vivir en un piso convencional, ya que las necesidades de espacio para realizar tareas relacionadas con la agricultura o ganadería no se cumplen en ese grupo de viviendas. Los intentos de la Administración por dotar de pisos a estas familias han fracasado, excepción de las viviendas unifamiliares que cuentan con patio donde pueden disponer de espacio para, por ejemplo, instalar un corral.

Los asentamientos en cuevas se localizan en comarcas semiáridas, cercanas allí donde haya agua: vertientes de barrancos, laderas de montañas o en torno a montículos formados por ramblas y cañadas. Entre las cuevas censadas en Andalucía pueden distinguirse tres tipos básicos. Las que se construyen en vertientes abruptas son viviendas que se organizan en hileras, superpuestas en distintos niveles. A ellas se accede mediante pequeños caminos que terminan siempre en una placeta. De este tipo son las de Beas de Guadix, Cortes, El Marchal, Galera, Alamedilla, Monachil y Granada. Cuando el enclave se sitúa en pequeños montículos o colinas, las cañadas que conforman las elevaciones asumen la estructura viaria. Una vía jerárquica recoge los diferentes caminos que dan acceso a las cuevas. Este tipo de asenta miento permite que, en caso de que la superficie del cerro no sea grande, la cueva lo atraviese buscando la luz y la ventilación. De estas características son las de Be nalúa de Guadix (donde el 877. de la población habita en cuevas), Purullena, Baza y Huéscar.

Otro grupo de cuevas lo forman las excavaciones en el suelo, como viviendas en fosa. En superficie plana o suave declive se realiza un talud inclinado. Cuando se ha profundizado suficiente para albergar una vivienda, se realiza un nuevo talud vertical que será la fachada de la cueva, y a partir de ella se van excavando las habitaciones. Este tipo de cuevas tiene el gran inconveniente de que se inundan con facilidad. Se encuentran exclusivamente en Baza.

El programa de rehabilitación de infraviviendas diseñado por la Consejería de Política Territorial comienza con una experiencia piloto en 31 cuevas que existen en El Pecho, en la deprimidísima zona de La Chanca, en Almería. Están censadas 366, lo que representa el

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27% de las existentes en una provincia en la que 5.000 personas habitan en cuevas. El plan de actuación que se pretende llevar a cabo, siempre con el consentimiento de sus moradores, está localizado en la zona superior, compuesto por seis viviendas unifamiliares y 13 cuevas de las que ocho están habitadas. En ellas viven 45 personas de raza gitana. Ninguno tiene ocupación estable y su media de edad es de 18 años. Los ingresos medios por familia son de 20.000 pesetas. Las cuevas tienen reducidas dimensiones y las condiciones higiénicas, en este caso, son bastante insalubres, carecen de servicios y equipamientos públicos.

La rehabilitación de las cuevas de El Pecho se aborda con la colaboración de sus habitantes. El programa de rehabilitación favorece la autoconstrucción, teniendo en cuenta que, por la instancia administrativa correspondiente, debe acometerse la disfunción entre propiedad de derecho y ocupación de hecho. Además, los criterios generales deberán estimar el entorno fisico, el marco sociológico, la situación urbanística de infraestructura y equipamiento y la tipología arquitectónica actual, sin perder de vista determinados criterios de gestión y financiación.

El 95% de las cuevas censadas en Andalucía y el 80% de las habitadas se encuentran en las provincias de Granada y Almería. Los espacios geográficos donde se enmarcan son la meseta y hoya de Guadix y las altiplanicies de Baza, en Granada, y los valles de los ríos Andarax y Almanzora, en Almería. En Huelva no existen cuevas y las escasas halladas en Málaga no son rehabilitables. La gran mayoría dispone de luz eléctrica y accesos peatonales. En menor medida, de agua corriente. Un 70% dispone de alcantarillado, alumbrado público y acceso rodado, y menos de la mitad tiene cuarto de baño o retrete.

El número total de cuevas en Andalucía es de 9.459, de las que 8.639 están habitadas. De éstas, 4.449 son cuevas, y 5.010, casascueva. En mal estado de conservación se encuentran 2.280 y 8.329 son rehabilitables.

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