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Freud se olvidó el reloj en la consulta la psiquiatra

A pesar de lo que puede parecer a primera vista, con dos jornadas consecutivas de subidas, los analistas no están muy tranquilos por el actual comportamiento del mercado. Las razones de esta prudencia se basan, prioritariamente, en que todavía no han podido materializarse todas las realizaciones de beneficios.En estas condiciones, cualquier debilitamiento del dinero originará una nueva inflexión a la baja. Y eso es lo que podría estar fraguándose ya en estos momentos. Los volúmenes de contratación del lunes -2.871,6 millones de pesetas efectivos- no fueron tan amplios como para justificar plenamente la ganancia obtenida. Siguiendo esta tónica, ayer no mejoró el panorama sensiblemente y, además, se notaba un mayor cansancio en todos los corros.

Si no llega oxígeno nuevo al parqué es posible que las próximas horas terminen dando la razón a aquellos operadores que esperan otro recorte importante en la sesión de hoy. Estas tajantes afirmaciones no son muy científicas, pero tampoco hay que olvidar ese olfato que muchas veces es la única llave maestra para entender algunos comportamientos.

En todo caso, no parece que la situación sea tan grave, aunque no se puede olvidar el miedo de muchos expertos ante el excesivo volumen del saldo vivo de compras a crédito, a pesar de que el lunes sólo se contabilizaron 111,6 millones efectivos, llevándose Telefónica casi la mitad, mientras que el resto se situaba en eléctricas, Petróleos y Explosivos.

Las eléctricas se benefician estos días de una posible y mayor flexibilización a la hora de repartir dividendos. No parece muy seguro que otro tipo de noticias, como un mayor control de la facturación de estas sociedades o un análisis frío de sus niveles de rentabilidad a los precios actuales, hagan desistir a bastantes compradores. Además, estos días el papel ha brillado por su ausencia, lo cual no deja de ser un síntoma de que se mantiene la confianza alcista.

Los bancos, por su parte, se encuentran en un buen momento para intentar ganar algo respecto al índice general. Ayer el saldo de los siete grandes registró 67.196 títulos a la compra, lo que permitió varias repeticiones y subidas interesantes en Popular, Vizcaya e Hispano. No parece, sin embargo, que este corro pudiera servir de contención si el embalse de las ventas se abre otra vez.

Telefónica, para no desmerecer en este ambiente irregular, se encontró ayer sin fuerzas para mantener el cambio anterior, y después de varios infructuosos intentos, terminó cediendo tres octavos de entero que, si bien en sí no suponen casi nada, demuestran también cierto cansancio, fenómeno que está más generalizado de lo conveniente.

A la vista de tantos considerandos contradictorios, lo más probable es que se mantenga el clima de irregularidad a lo largo de las próximas sesiones, a no ser que las realizaciones terminen por apostar de una vez por una caída a corto plazo y acaben de desfilar por el parqué. No son pocos los que continúan pensando que el dinero extranjero llegará de un momento a otro y que, unido al dinero de la calle, alejará los freudianos fantasmas del miedo.

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