Cunhal vaticina la caída del Gobierno portugués
Álvaro Cunhal, secretario general del Partido Comunista Portugués, afirmó ayer que la dimisión del líder socialdemócrata Carlos Mota Pinto "anuncia el derrumbe completo de la coalición gubernamental y puede provocar la caída de todo el Gobierno". El Consejo Nacional del Partido Socialdemócrata (PSD) se reunió ayer en Lisboa para buscar una solución transitoria a esta crisis de liderazgo. Es probable que la reunión concluya hoy, domingo.
Las manifestaciones de Cunhal, realizadas en un mitin, son las primeras de su partido sobre la crisis que afecta al partido socialdemócrata.El Partido Socialista (PS) y el primer ministro, Mario Soares, previo acuerdo con el propio Mota Pinto, se han abstenido hasta ahora de realizar cualquier comentario sobre el caso para no agravar la situación interna del PSD y tratar de salvar la estabilidad del Gobierno y de la coalición.
Mario Soares considera que una crisis política tendría consecuencias dramáticas para Portugal en el plano político, pero también en materia de economía y finanzas, y esta opinión parece compartirla una amplia mayoría de los dirigentes del PSD.
La búsqueda de un nuevo consenso que permita rehacer la unidad del partido y mantener, aunque sobre la base de nuevos acuerdos, la alianza con los socialistas, parece ser la preocupación dominante de los dirigentes del PSD, después del alejamiento de Mota Pinto.
Un pequeño grupo de colaboradores directos del ex presidente del PSD considera aún la posibilidad de un regreso del líder, tras este Consejo Nacional que se celebra en Lisboa. Pero el principal interesado, que se retiró a Coimbra y no asiste a esta reunión, no parece dispuesto a dar la batalla, al menos en el inmediato futuro.
La convocatoria o no de un congreso nacional del PSD dentro de dos meses es la cuestión central del Consejo Nacional.
Los motapintistas están convencidos que el congreso permitiría el regreso triunfal del líder y la "liquidación definitiva" de las oposiciones internas, y recuerdan que esta fue la estrategia adoptada por Mario Soares en 1980, cuando el líder socialista abandonó las funciones de secretario general del PS y no conseguía imponer sus puntos de vista a la dirección socialista de la época: el congreso de 1981 permitió a Soares "cortar las cabezas" de sus opositores internos y afirmarse desde entonces como líder único e incontestado del PS.
Para Marcelo Rebelo de Sousa, de la línea disidente, la realización del congreso en las actuales circunstancias sería inútil, e incluso contraproducente. Recurrir al referendo para escoger el candidato a las elecciones presidenciales de 1985 es la solución más rápida y democrática y coloca a la dirección del PSD al abrigo de las presiones del Partido Socialista en la materia, al tiempo que le permite dedicarse de lleno a la tarea de gobernar el país y llevar a cabo las reformas prometidas al electorado. La maniobra es hábil: al afirmar que Mota Pinto puede volver a la presidencia del PSD si acepta colaborar con todas las tendencias, Rebelo de Sousa retira a los motapintistas todo pretexto para desencadenar una guerra civil en el interior del PSD para vengar al líder ofendido.
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