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GRUPO A-1 DE LA LIGA DE BALONCESTO

El Barcelona se aseguró la segunda plaza en Badalona

El Barcelona se aseguró la segunda plaza de la A-1 en unos primeros 20 minutos de exhibición. Los jugadores de Manolo Flores se habían reservado parea hacer su gran explosión en Badalona. Las primeras modificaciones introducidas en sus sistemas de ataque no las habían querido estrenar hasta llegar al escenario de la que fue su noche más amarga esta temporada. Que este no es el mismo equipo lo ve hasta el más inexperto. Hay que ver como trabajan el sistema los pivots; los bloqueos dobles, los aleros; y como ganan la posición los hombres altos en la parte baja de la zona contraria.Badalona rugía con su equipo porque ya está cansada de promesas. La segunda plaza era una especie de pasaporte para la final, pero esta vez tampoco ha sido la buena. El futuro sigue siendo de ellos, pero están todavía verdes como sus camisetas. Aito García Reneses los mandó al suicido, cuando a falta de 12 minutos ordenó presión en todo el campo. Cualquier jugador sabe que una presión total no se puede aguantar tanto tiempo y que es el reconocimiento de la impotencia para alcanzar la victoria. El Barcelona tenía en aquel momento su máxima diferencia (40-58) y la presión salió bien porque se redujo hasta cinco puntos (58-63) la renta azulgrana, a falta de seis minutos, pero no quedaba aire para más.

La derrota del Joventut se cimentó en la primera parte. Los verdinegros tenían prisa por ganar y tiraban todo lo que llegaba a sus manos. Todo, pero mal (11 canastas de 32 intentos). Sus hombres altos no se hacían con los rebotes y había rachas locales de hasta tres minutos sin anotar. Las dos defensas individuales, con diferentes emparejanmientos, eran favorables al Barcelona. El marcador de la Penya era pírrico, en el descanso (28-43). Ni tan siquiera su especialidad, los tiros de tres puntos, entraban.

Aito decía al final que no había manera de frenar al Barcelona de anoche y tenía razón. La segunda parte fue anecdótica. Todo estaba sentenciado. El Barcelona sólo podía perder este partido por méritos propios y eso ya es historia en el juego barcelonista. Con un control adecuado del balón, apurando sus acciones hasta el límite de los 30 segundos, mientras el Joventut cometía en su presion, personal tras personal (20 en la segunda parte).

Los cambios se sucedían en los locales. Las caras de Villacampa Margall o Montero, cada vez que iban al banquillo, eran un reflejo del desastre que sucedía en la cancha. Hubo algún instante para la esperanza cuando Davis se sentó con cuatro faltas, pero entonces Howard decidió, con tres canastas tan espectaculares como decisivas. O cuando Seara falló tres oportunidades de tiros libres enjugadas de uno más uno, pero entró en pista Solozábal y amarró. Sólo hubo que esperar el transcurrir lento del partido porque el vencedor estaba sentenciado.

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