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Robert Broussard

El policía más famoso de Francia, especializado en la 'mafia', ha sido nombrado jefe de la lucha antiterrorista

Soledad Gallego-Díaz

Robert Broussard, especialista en la mafia y responsable de la operación en la que murió Jacques Mesrine, considerado como el enemigo público número uno del país, ha sido nombrado jefe de la lucha antiterrorista. El nombramiento se efectuó pocas horas después de que el primer ministro Laurent Fabius y el cancifier de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, decidieran unir sus fuerzas para; luchar contra la alianza firmada por Acción Directa y la Fracción del Ejército Rojo.

Robert Broussard, que tiene 48 años, ha hecho una carrera me teórica, desde simple flic (guardia) en un barrio parisino hast ocupar el puesto más importante en el escalafón de la policía. Cuadrado como un jugador de rugby, deporte que practicó algunos años, lleno de vitalidad y extra vertido, los franceses están acostumbrados a ver a este comisario, pistola en mano, en el terreno en el que se producen los acontecimientos.Como especialista en operaciones contra gangsters o delitos en los que se producían tomas de rehenes, Broussard protagonizó en los años setenta acciones espectaculares. Fue él quien detuvo a Jacques Mesrine, que le califica en su libro El instinto de la muerte, de "gran policía". Pero Mesrine se escapó y en septiembre de 1981 Broussard le volvió a encontrar Esta vez no hubo ningún contacto entre los dos hombres: el gangster fue abatido por numerosos disparos dentro de un coche. Algunas voces protestaron por la forma en que se habían producido los hechos, sin dar ninguna posibilidad a Mesrine de entregarse, pero Broussard salió indemne del escándalo.

En 1982, el popular comisario fue nombrado Jefe de Policía de Córcega, sacudida por periódicos atentados independentistas. La Prensa conservadora le reprocha ahora no haber actuado con la firmeza que se esperaba de él. En dos años se produjeron varios asesinatos: el separatista Guy Orsini, el secretario general del Departamento de la Alta Córcega, Jean Pierre Massimi, dos detenidos que fueron muertos en el interior de la prisión de Ajaccio, un policía y hace muy pocos días, el dirigente anti-independentista, Jean Dupuis. Robert Broussard estima, sin embargo, que su balance no es negativo: "cuando se analicen mi dos años en Córcega, los críticos deberán reconocer algo importante, logré evitar el enfrentamiento entre los corsos".

A su llegada a Ajaccio, Broussard dejó claro que una acción simplemente policial no resolvería el problema: "para que las medidas de seguridad tengan éxito, será necesario que estén acompañadas de otras iniciativas y de la voluntad de los propios corsos".

Broussard se entrevistó la semana pasada en Córcega con el ministro del Interior, Pierre Joxe, precisamente tras el asesinato de Dupuis. El ministro debió quedar impresionado por el policía, porque no ha dudado a la hora de crear un cargo completamente nuevo para él: adjunto operacional del director general de la Policía Nacional, encargado de la lucha contra el terrorismo y el crimen oranizado. Bulldozer Broussard será ahora el coordinador de todas las medidas ideadas por el Gobierno para combatir el terrorismo. Por el momento, el superpolicía se ha instalado en París y ha empezado a tomar contacto con los servicios de información. A quienes le reprochan que no tiene experiencia en ese campo, Broussard les responde que trabajar como policía en Córcega no es fácil y que detener a gangsters y mafiosos tampoco resulta un traba o cómodo.

Lo importante -afirma- es tener información, saber qué pasa dentro de esos grupos y actuar coordinadamente.

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