La bolsa, sobre la tapadera de zinc caliente
La tapadera estaba mal ajustada, según pudo comprobarse ayer, y la presión de las órdenes vendedoras se expandió por el puchero bursátil de la misma manera que habían pronosticado algunos expertos al finalizar la sesión del pasado martes. Finalmente no ha prosperado el intento de acallar las ganas de realizar beneficios, que se intentó el miércoles, y ahora parece que al fin se han levantado las barreras, con lo que las ventas tienen ahora la posibilidad de disfrutar de barra libre.Lo malo de esta tendencia a corto plazo es que pilla por sorpresa a bastantes inversores, que no han prestado su atención a las recomendaciones de bastantes analistas. El saldo vivo de las compras a crédito, según fuentes solventes, se acerca a los 5.000 millones de pesetas, y después de los dos fuertes castigos sufridos en las sesiones del martes y del jueves, la caída de algunos valores se aproxima peligrosamente a ese fatídico 10% que obligaría a aportar garantías adicionales.
La jornada de hoy, en ese sentido, puede ser muy importante. Si los inversores atrapados con el crédito comienzan a ponerse nerviosos ante el pago de posibles nuevas garantías, tenderían a engrosar las filas de aquellos que buscan sus realizaciones de beneficios. El supuesto teórico podría saldarse con un buen varapalo, que influiría decisivamente en el incremento de la irregularidad prevista en la bolsa a lo largo de las sesiones que se desarrollarán en las semanas inmediatas.
La Junta Sindical quiere curarse en salud y está estudiando el aumento de la garantía por las operaciones a crédito del actual 25% al 30% o 35%. En todo caso, lo que se pretende es aumentar la capacidad financiera de los agentes ante un posible descenso de las cotizaciones (las operaciones de venta han sido prácticamente nulas en estas primeras semanas del año), aunque el incremento no deberá ser tan contundente como para ahogar esta modalidad inversora. La nueva reglamentación podría entrar en funcionamiento el lunes que viene.
Aparte de estas razones técnicas, que justifican por sí solas el descenso de la bolsa, los analistas continúan defendiendo la existencia de una clara tendencia alcista a medio plazo. Algunas pinceladas del análisis de situación, además, inciden en este diagnóstico. El descenso de los tipos preferenciales de interés de las mayores entidades bancarias, con la excepción -por el momento- del Hispano Americano (aunque se conoció después de haber finalizado la contratación bursátil, por lo que no pudo influir en ésta de forma alguna), es una prueba de que el coste del dinero sigue su descenso, lo que debe beneficiar -y así está ocurriendo en buena medida- a la inversión en renta variable.
Incluso la noticia más negativa para la bolsa, como pudiera ser la autorización gubernamental para elevar las tarifas eléctricas el 6,80%, aunque se sitúe por debajo de lo esperado, no va a afectar sustancialmente a la marcha de estas compañías; incluso ya comienzan a surgir rumores sobre un posible y nuevo aumento tarifario en el segundo semestre del año, para buscar el equilibrio con el índice de precios al consumo.
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