Carlos Mota Pinto dimite como presidente del PSD portugués
El presidente del Partido Socialdemócrata portugués (PSD), Carlos Mota Pinto, dimitió ayer de su cargo en el partido al considerar que el voto de confianza que había solicitado no salió aprobado por un margen suficiente. Los resultados de la votación del Consejo Nacional del PSD fue de 38 votos a favor, 36 en contra y uno en blanco.
El Consejo Nacional del PSD, reunido en Oporto el pasado fin de semana, ha abierto una nueva crisis en el segundo partido de la coalición de centro-izquierda que respalda al Gobierno de Mario Soãres. Las elecciones presidenciales portuguesas de 1985 y la intención de la actual dirección del PSD de apoyar la candidatura de un militar, el general Firmino Miguel, han dividido a los socialdemócratas portugueses en militaristas y civilistas. Los conflictos entre partidarios y adversarios del Mota Pinto se saldaron el sábado con una serie de derrotas tácticas de la actual dirección del partido, y el viceprimer ministro terminó ayer por abandonar el local donde estaban reunidos 79 de los 97 miembros del Consejo Nacional, órgano máximo de decisión del partido entre congresos.Mota Pinto hacía depender su permanencia en la dirección del partido y en el Gobierno de un apoyo claro y significativo de los restantes dirigentes del partido, que no obtuvo. Mota Pinto consideraba que la crítica sistemática de la oposición interna no le permitía desempeñar sus, funciones con la serenidad y eficacia necesarias ante la gravísima crisis que Portugal atraviesa en estos momentos. Solicitaba también la convocatoria urgente de un congreso nacional que podría llevarse a cabo en los primeros días de abril.
El problema que precipitó la crisis interna del segundo partido político portugués fue aparentemente la aprobación por el Consejo Nacional de Oporto de una ponencia que consagra la posibilidad de referéndum interno entre: todos los militantes para decidir las grandes líneas del partido. Esto significa que, a partir de ahora, este tipo de consulta podrá ser convocado a petición de la tercera parte de los miembros del Consejo.
La salida de Mota Pinto sorprendió a sus propios partidarios, que trataron de conseguir del Consejo un "voto de confianza" al actual presidente, capaz de hacerle reconsiderar su actitud.
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