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Una máquina sorprendente en las manos de un atacante

Ari Vatanen nació el 27 de abril de 1952 en Tuupovaara (Finlandia). Debutó en los rallies a los 19 años y, desde entonces, su carrera ha sido meteórica. Pese a su lógica etapa de formación, en este espacio de tiempo el alto, rubio y atractivo piloto finlandés ha ganado diez pruebas del mundial.Vatanen es el prototipo del piloto nórdico. Tremendamente espectacular, pero no menos efectivo, tiene, a diferencia del resto de los pilotos nórdicos, una permanente sed de ataque. Eso le cuesta, claro está, un buen número de accidentes.

De cualquier forma, su encuentro con el Peugeot 205 el pasado año no ha podido ser más feliz. A punto estuvo de ganar su primera carrera en la primera salida, en Córcega, pero un accidente, cuando iba destacado, le apartó de la prueba. Desde entonces, Ari Vatanen ha sumado tres victorias -1.000 Lagos, San Remo y RAC-, casi tantas como participaciones.

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Aplastante triunfo del finlandés Ari Vatanen, sobre el nuevo Peugeot 205 Turbo, en el Rally de Montecarlo

El Peugeot 205 Turbo 16, el coche que ha sido capaz de permitir la aplastante exhibición de Vatanen en el Rally de Montecarlo, es una máquina sorprendente. Es muy pequeño. Sus 3,82 metros de longitud suponen sólo unos centímetros más que el coche del usuario normal. Tiene un motor de avanzadísima tecnología, colocado en el centro del coche, que tiene 16 válvulas por cilindro, alimentación por turbocompresor y 350 caballos de potencia. La transmisión es a las cuatro ruedas, que son todas ellas motrices.

Este impresionante coche, nacido para la competición, es capaz de modificar en poco más de 10 minutos la relación de la tracción y de las marchas de la caja de cambio, lo que le da una sustancial ventaja sobre sus más directos rivales, el Audi Quatrro y el Lancia 037.

Frente al primero de ellos, que también tiene tracción a las cuatro ruedas, el Peugeot 205 Turbo 16 es mucho más pequeño y bastante más manejable. Aunque casi 100 caballos menos potente, la estabilidad -gracias al motor central- y la maniobrabilidad son, en este caso, decisivas. Frente al Lancia, la tracción a las cuatro ruedas marca la diferencia.

Pese a la lógica evolución de sus rivales -que no estarán dispuestos a soportar durante mucho tiempo el humillante dominio del pequeño coche francés-, si los técnicos de Peugeot consiguen adelgazar algo el 205, cuyo peso de 990 kilogramos es todavía algo elevado, y rebajar un poco el régimen de respuesta del turbocompresor, el Peugeot 205 Turbo 16, con Ari Vatanen al volante, parecen irremisiblemente destinados a ser la pareja del año.

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