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Entrevista:La elección del nuevo presidente vasco

"En las actuales circunstancias no tiene sentido la independencia de Euskadi"

JOSÉ LUIS BARBERÍA José Antonio Ardanza, candidato a lendakari, manifiesta que iniciará su labor de gobierno con la ilusión de preservar el pacto alcanzado recientemente con los socialistas, "más allá de la situación coyuntural que lo ha hecho posible". Afirma que Herri Batasuna y ETA pueden sentirse aisladas a raíz del acuerdo, y rechaza el término "frente antiterrorista", por considerarlo equívoco. Admite que el pleno desarrollo del Estatuto vasco puede satisfacer las ansias de autogobierno de Euskadi y señala que "el Estatuto es un pacto determinado que corresponde a un momento determinado". A su juicio, la independencia de Euskadi es un concepto más económico que político. "En este momento, y en las actuales circunstancias", asegura, "para mí no tiene sentido alguno".

Pregunta. El pacto de legislatura con el Grupo Parlamentario Socialista ¿responde exclusivamente a una situación de emergencia provocada por el bloqueo parlamentario o por la misma crisis interna del PNV, o se sustenta, por parte nacionalista, en un análisis de mayor alcance?Respuesta. Aunque sea prosaico decirlo, tengo que admitir que lo que nos ha llevado a la negociación es justamente el empate a 32 votos en el Parlamento vasco. Yo me he encontrado con el pacto ya encarrilado y no he tenido mucho tiempo para hacer análisis. Pero lo verdaderamente importante es que este acuerdo ha abierto expectativas entre los socialistas y los nacionalistas después de tantos años en los que hemos andado...

P. ¿A la greñá?

R. Sí, sí, a la greña. Yo no quisiera que el pacto se quedara en un mero acuerdo coyuntural, susceptible de romperse en el momento en que desaparezcan las causas que lo han motivado. Ése es uno de los objetivos políticos que yo me he marcado y una de las principales ilusiones con que inicio mi mandato. El Ejecutivo anterior creyó que podía gobernar pactando un día con uno y otro día con otro, pero al final esto ha resultado inviable.

P. Usted ha subrayado la posibilidad de que el resto de la oposición parlamentaria participe también en el pacto.

R. Y no es una declaración testimoníal. En el capítulo segundo, relativo a la violencia, se indica expresamente que ese texto será presentado a los demás grupos de la Cámara vasca, y también en el capítulo sexto se señala la necesidad de que haya una participación del resto de las fuerzas políticas en la definitiva in stitucionalización de la comunidad autónoma.

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P. La invitación a todas las fuerzas políticas para que suscriban el documento de la violencia, el terrorismo y la convivencia democrática sugiere a algunos la creación de un frente antiterrorista, aunque éste sea un término que disgusta a su partido.

R. Sí, suena muy mal. Y además creo que ni siquiera es conveniente utilizar términos de este tipo, porque el problema del terrorismo o de la violencia es un problema a resolver. Muchas veces, el simplificar, conceptos contribuye a entorpecer los buenos empeños. Ahora bien, que, como consecuencia de este pacto, HB o incluso ETA puedan tener una cierta sensación de aislamiento.. . pues puede ser; ellos son los que van a tener que analizar este hecho.

P. El pacto parece haber resuelto situaciones equívocas sobre la actitud del PNV en el tratamiento de la violencia y el terrorismo. Algunos comentaristas atribuyen esta nueva actitud del PNV a la voluntad de detener el proceso de deterioro económico.

R. Es un factor añadido importante, sí. A mí me va a tocar asumir un papel que algunos sectores de este pueblo van a denostar, porque interpretarán que estoy cediendo en el terreno de los principios. Ahora mismo se está diciendo que soy un nacionalista muy moderado. ¡Y, hombre, yo he sido siempre un nacionalista radical en lo que se refiere a los objetivos! El problema es la realidad de este país: hay un paro impresionante, una crisis económica profunda y un cierto desaliento en el empresariado. Está claro que necesitábamos llegar a un acuerdo para poder hacer frente a la crisis.

P. ¿El capítulo de la violencia se asume desde el convencimiento de que es precisa una política distinta para la normalización en Euskadi?

R. Como demócrata, yo rechazo la violencia de una sociedad en la que ha habido ya seis consultas electorales. Y, por supuesto, acepto las reglas del juego. Ahora bien, como nacionalista, tengo que decir que el origen de esta violencia es, en gran medida, la insatisfacción de la conciencia nacional vasca.

P. El pleno desarrollo del estatuto de Guernica, ¿llenaría esas ansias de autogobierno?

R. Yo espero... Pero, claro, ¿qué entendemos por el desarrollo pleno del estatuto?

P. El desarrollo exhaustivo de todas las competencias que figuran en el texto de Guernica.

R. Bien, exactamente. Pues yo creo que entonces podría resolverse el problema si se llegara a ese grado de desarrollo. El Estatuto, al margen de la letra, es, sobre todo, un pacto determinado en un momento determinado. Dentro de 20 o 30 años quizá se plantee la negociación de un nuevo pacto o de un segundo nivel del pacto.

P. La independencia, entendida como una separación territorial, política y económica, ¿tiene sentido para usted?

R. En este momento y en estas circunstancias, para mí, desde luego, la independencia no tiene sentido alguno. Creo, además, que la independencia es, más que un concepto político, un concepto económico. El problema de la independencia se plantea en la sociedad vasca a causa de ese desacuerdo con Madrid, de esa desconfianza. Es como una familia. Si te encuentras a gusto, te quedas. Sí no te dejan ir y te maltratan, piensas siempre en abandonarla.

P. Durante años se ha sostenido que el progresivo desarrollo de la autonomía y de las libertades traería consigo de una manera prácticamente mecánica la disminución de la violencia.

R. Yo estoy convencido de eso, porque Herri Batasuna y la propia ETA justifican sus acciones con la defensa del nacionalismo.

P. Se ha apuntado que ETA Militar actúa movida por su. propia dinámica, al margen de la realidad y de la evolución política.

R. Eso supondría que ETA ha perdido su ideología y que su única razón de ser es convertirse en una banda terrorista, es decir, en lo que es el terrorismo, sin más. Pienso, sin embargo, que existe en ellos el componente de un idealismo. Matan, efectivamente, pero también corren el riesgo de que les maten o de que pasen largos años en la cárcel. Si actúan llevados por una dinámica propia, empezarán a aislarse y, a tener sus propias crisis. No creo que el problema de la violencia pueda ser resuelto en los tres años próximos, porque ETA no es un ejército que pueda ser derrotado. Hace falta imaginación y generosidad por parte del poder. ¿Que no se quiere una negociación política con ETA? Yo no me voy a meter. El Gobierno no va a ínterferir, y esto ha quedado muy claro en el pacto, pero lo que sí voy a hacer es señalar, machaconamente si es preciso, que el problema existe y que hay que buscar una solución.

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